Se anticipa un proceso complejo de la renegociación del TLCAN y aunque persiste la confianza sobre la capacidad negociadora de México, hay riesgo de que se politice por el proceso electoral del 2018, según el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
La fase de renegociación del TLCAN tomará siete rondas con intervalos de dos semanas a partir del próximo 16 de agosto, hay posibilidad de que el proceso concluya a principios del 2018, lo que sería benéfico para México, en el sentido de que tendría menor incidencia en proceso electoral del julio.
"Sin embargo, no faltará la fracción política que pueda retomar aspectos positivos o negativos de la negociación para utilizarlos en sus campañas hacia la presidencia de nuestro país", señala el reporte semanal del centro.
De acuerdo con el documento "NAFTA Negotiations Recommendations" publicado a principios de junio y del "Summary of Objectives for the NAFTA Renegotiation" que dio a conocer la semana pasada, "se intuye la postura en la que buscará negociar el equipo estadounidense: todo a su favor", expone el CEESP.
Explica que el planteamiento tiene una lectura de que Estados Unidos buscará que las negociaciones se inclinen principalmente hacia su beneficio, independientemente de lo que pase con los otros países miembros.
Para México y en general para el acuerdo, un tema delicado es el relacionado con la intención de eliminar el mecanismo de solución de controversias, lo que restaría margen de maniobra a los países del TLCAN, en cuanto a la aplicación de medidas comerciales como las cuotas compensatorias y antidumping. Asimismo, las autoridades estadounidenses buscan establecer reglas que reduzcan o eliminen obstáculos a la inversión de Estados Unidos en todos sectores de los países del TLCAN.
Para el centro de estudios económicos del sector privado, el resumen de los objetivos planteados por el presidente Trump no dan claridad sobre cómo se intenta concretarlos. "Eso ha permitido cierta calma hasta no iniciar el proceso el próximo 16 de agosto. No obstante, la confianza en la capacidad negociadora de México es un activo que genera confianza en obtener buenos resultados para nuestro país, lo cual contribuye a dar certidumbre a la inversión", apunta el reporte.
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