CIUDAD DE MÉXICO.- El crecimiento del gasto público, que en mayo fue de 15.2 por ciento real anual y en los primeros cinco meses del año de 12.6 por ciento, no ha podido detonar la economía, debido principalmente a una mala planeación y a la falta de seguimiento sobre los recursos federales que reciben los estados, afirmaron especialistas.
La Secretaría de Hacienda reportó que de enero a mayo, destacó el gasto programable pagado en el sector comunicaciones y transportes, que aumentó 93.3 por ciento, a 33 mil 728.7 millones de pesos.
Sin embargo, fuentes consultadas por EL FINANCIERO destacaron que los recursos erogados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) no han impulsado el crecimiento económico, porque aún no ha habido obra.
Detallaron que en el primer trimestre se usaron recursos para pagar compromisos que venían desde los últimos meses de 2013; que en marzo y abril se empezó con las licitaciones, en su mayoría vinculadas a estudios, y que otra parte del gasto se destinó a la compra de terrenos.
Un consultor de economía que pidió el anonimato confirmó que el gobierno federal ha destinado recursos a infraestructura, pero nada que implique nuevos volúmenes: Conagua y la SCT han hecho inversiones fuertes, pero para análisis de proyectos como el ferroviario; adquirir terrenos, y hacer algunas adecuaciones.
"Ha habido mucho gasto que a lo mejor puede ser catalogado como inversión, pero al final del día no es propiamente un motor de la economía, no todavía. El gobierno federal sí está gastando lo que se había comprometido, pero dentro de esa programación de gasto, no es obra lo que está pagando.
"Se ve como inversión y son proyectos muy grandes. Sólo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), en estos meses están gastando entre 12 mil y 17 mil millones de pesos, que es mucho nada más para ese proyecto donde no hay ni un muro construido, pero se prevé que en algunas semanas empezarán formalmente las obras", añadió.
Puntualizó que sectores vinculados al de la construcción han señalado que en el peor de los escenarios, las cifras oficiales de crecimiento en la inversión física ya se habrían traducido en un incremento de 15 por ciento en sus volúmenes de ventas, que no ha ocurrido.
EN QUÉ SE HA GASTADO
Información de Compranet indica que entre los contratos con los mayores montos que la SCT ha realizado en 2014 están el de la conservación de la red estatal en Aguascalientes, por 681.1 millones de pesos y el proyecto ejecutivo para construir el tren interurbano México-Toluca, por 498.9 millones.
El primero fue celebrado el 10 de julio y el segundo el 26 de mayo.
También está el contrato para los trabajos de la construcción del subtramo ferroviario de libramiento en Celaya, por 445.8 millones celebrado el 13 de marzo, y el proyecto ejecutivo para construir el tren transpeninsular por 428.4 millones, firmado el 11 de junio.
Asimismo, la contratación de servicios integrales diversos como apoyo a la dirección general de transporte ferroviario y multimodal, firmada el 15 de junio, por un monto de 236.7 millones de pesos.
Sin fecha de celebración están los contratos para comprar llantas de diferentes medidas por parte de SCT-Centro Colima Recursos Materiales, por 221.8 millones, y dos para comprar 120 mil televisores digitales por parte de la dirección general de recursos materiales por más de 119 millones de pesos, que concluyeron en abril y mayo.
Además, se observan dos licitaciones para obras públicas, aprobadas recientemente, como la construcción del tramo ferroviario Zinacantepec (11 de julio) por ocho mil 748.55 millones de pesos y la construcción del Viaducto 1 entre Periférico Zapopan y Federalismo (11 de junio) por dos mil 646.47 millones de pesos.
MALA PLANEACIÓN
José Luis Chicoma, director general de la Fundación Ethos, laboratorio de políticas públicas, consideró que la lentitud con que están bajando los recursos a la economía real es producto de una mala planeación de Hacienda.
"Debieron hacer antes una programación para los pagos; estudios de planeación, de compras y enfocarse a licitar obra, porque no es su primer año de curva de aprendizaje, y eso no los exime. Debieron haber arrancado en enero y febrero, con los mayores ingresos de la reforma hacendaria, pero se la pasaron pagando cosas del año pasado", expuso.
Chicoma aclaró que aunque conceptualmente el gasto en infraestructura es de los que tiene más efectos en la economía, tiene un rezago pues implica licitaciones que llevan dos o tres trimestres.
Dijo que independientemente de que cualquier Estado siempre será lento para ejecutar o reactivar el gasto público, el mexicano es particularmente malo.
Refirió que en el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, México está en la posición 55 de 148; que en el subíndice referido a la corrupción tiene la posición 99, y respecto al desperdicio del gasto, el lugar 88. "El desperdicio del gasto se lee como que si se intenta gastar equis número en infraestructura, lo que va a llegar será muchísimo menor a equis porque hay mucho desperdicio por la corrupción, la burocracia y por cómo se filtran los recursos antes de llegar a su destino final", explicó.
El director de la Escuela de Economía de la Universidad Panamericana (UP), Gabriel Pérez, señaló que parte del gasto público se ha ejercido pero no se ha pagado, lo cual es atribuible a cuestiones burocráticas, en parte por precaución, ante el desconocimiento de las normas que se deben seguir.
Ante lo cual el investigador parlamentario Reyes Tépach subrayó que la curva de aprendizaje sobre cómo erogar el gasto sin temor a cometer alguna falta no debiera demorar más de un año.
Tépach refirió la necesidad de que el gasto ya no se detenga en la SCT y que los otros ramos se cumplan con base a calendario. "No tiene sentido que en un ramo amplíen el gasto y en otros lo vayan deteniendo, porque eso no hace que la economía se detone", añadió.