La Secretaría de Hacienda y Crédito Público prevé que los ingresos que provienen del pago de impuestos frenen su avance en el último año del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y que esa tendencia se prolongue al próximo sexenio, debido a que el mayor efecto de la reforma fiscal ya pasó, coincidieron expertos.
En los Criterios Generales de Política Económica 2018, se estima que los ingresos tributarios cierren la actual administración en 13 por ciento como proporción del PIB, nivel inferior al aprobado en el Presupuesto de 2017, de 13.5 por ciento y al máximo de 13.9 por ciento del PIB alcanzado en 2016.
En las perspectivas de finanzas públicas para el periodo 2019-2023, el Gobierno federal proyecta que los ingresos se mantengan en 13 por ciento del PIB el primer año y en 13.1 por ciento del PIB en los años posteriores.
Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), indicó que en las proyecciones de mediano plazo de los ingresos tributarios se ve una 'maduración' de la reforma fiscal que hace necesario replantear la política de ingresos.
Este estancamiento contrasta con el dinamismo del periodo 2011-2016, ya que con la Reforma hubo un salto importante y los ingresos tributarios pasaron de 8.9 por ciento del PIB en 2011 a 13.9 por ciento del producto en 2016.
Miguel Messmacher, subsecretario de Ingresos de Hacienda, admitió frente a secretarios de finanzas de los estados que la reforma fiscal tuvo su mayor impacto en los ingresos en años pasados y ahora se espera que avancen al ritmo de la economía. "Los incrementos fuertes que tuvimos en ingresos tributarios en años anteriores fueron en buena medida resultado de la reforma hacendaria y en ese sentido hay que esperar, en particular en 2018, ya más bien un crecimiento en los ingresos tributarios consistentes con la actividad económica y en ese sentido tendrán un crecimiento más normal", expuso hace unos meses.
Para 2018, Hacienda proyecta ingresos tributarios por 2 billones 962 mil millones de pesos, 3.2 por ciento real superior a los recursos aprobados en el Presupuesto de 2017.
Ricardo Cantú, director de Investigación del CIEP, explicó que la maduración de la reforma fiscal significa que ya se logró recaudar más y que es normal que las políticas fiscales lleguen a una maduración rápida en términos recaudatorios.
"Se ven los frutos de la eliminación de la consolidación fiscal, el cambio de exenciones, deducciones y tasas impositivas. Pero el potencial recaudatorio de la economía mexicana aún puede dar para más".
Añadió que aún falta ver el estímulo económico que la reforma fiscal genera en las empresas y la redistribución del ingreso que esto propicia.