La próxima negociación del TLCAN pone sobre la mesa la oportunidad de convertir a Norteamérica en un gigante energético del tamaño de Medio Oriente, coincidieron expertos.
Will Hurd, congresista Federal por Texas, destacó que existen grandes ventajas de la relación entre México y Estados Unidos en este rubro.
"Las oportunidades son adelgazar nuestro ambiente regulatorio, lo que significa que Estados Unidos, México y Canadá hagan de Norteamérica el próximo Medio Oriente", dijo Hurd en entrevista con El Financiero.
Ello implicaría hacer crecer este sector en los tres países y así ayudar a reducir los precios de los servicios públicos, lo que eventualmente elevaría la calidad de vida, agregó el congresista republicano.
La semana pasada Estados Unidos reveló la necesidad de fortalecer a la región en el tema energético al aumentar el acceso a mercados, las inversiones entre países y promover la seguridad e independencia energética, como parte de sus objetivos en la negociación.
"Tenemos que asegurarnos de tener proyectos de infraestructura que vayan por nuestras fronteras para que el intercambio de energía se dé muy rápido", dijo Hurd.
Ello, reduciría los costos del transporte de los combustibles, lo que alentaría el comercio de hidrocarburos entre los tres países y sería una ventaja mutua frente a naciones fuera del bloque, agregó.
Incluso, si estas negociaciones se llevan a buen puerto en el rubro energético, la independencia de la región podría implicar que los tres países adquieran todos sus combustibles de entre ellos mismos, dejando de lado la dependencia que EU tiene de Arabia Saudita o Venezuela, consideró Thomas Tunstall, de la Universidad de Texas en San Antonio.
""Los países del TLCAN podrían ser independientes en temas energéticos muy fácil. Si tomas a los tres países juntos, podrían ser autosuficientes en energía. No tendríamos que importar petróleo o gas de cualquier otro país porque hay mucho que producir", dijo el experto.
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