Además de las pérdidas millonarias por las acciones emprendidas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), calculadas aproximadamente en 4 mil 200 millones de pesos; se ha generado una afectación a la actividad productiva y una amenaza a la capacidad de atraer inversiones al país lo que constituye un impacto al crecimiento económico del país debilitando para apenas alcanzar una tasa de 2.0 por ciento al final de este año, señala el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Los meses de mayo y junio fueron en los que la actividad productiva del país, principalmente el sureste, se vio más afectada por los bloqueos, destrucción de equipo y saqueos por movimientos sociales, lo que parece ya estar considerado en la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB), del segundo trimestre del año. El Inegi anticipó una caída trimestral de 0.3 por ciento, como resultado de bajas de 0.1 por ciento en el sector primario y de 1.7 por ciento en la actividad manufacturera, que también sigue reflejando la debilidad del sector exportador.
"Con todo esto, la estimación oportuna del organismo indica que la variación anual del PIB en el segundo trimestre será de 1.4 por ciento, lo que lleva a considerar que el crecimiento de la actividad económica para todo el año puede estar más cerca del 2.0 por ciento", advirtió el CEESP.
En su comentario semanal destaca la afectación en la actividad productiva por las acciones de la CNTE que ha emprendido en su movimiento contra la reforma educativa y han puesto en evidencia "Un estado de derecho débil sin instituciones eficientes que hagan cumplir la leyes, lo que pone en serio riesgo la competitividad del aparato productivo con la posibilidad de incidir negativamente sobre la capacidad de atraer inversiones y en la generación de empleos formales", advierte el centro especializado miembro del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
La afectación ha permeado a diversos sectores, como el ferroviario, agroalimentario, de alimentos y bebidas, turismo, automotriz y el de la construcción, entre otros, que de mantenerse por más tiempo es casi seguro que tendrá una incidencia negativa en el ritmo de crecimiento de la zona sureste del país, así como en la generación de empleos.
Algunos datos por entidades destacan como en Oaxaca han cerrado 2 mil 600 negocios, equivalente a una pérdida monetaria de aproximadamente 197 millones de pesos. En Huatulco, empresarios hoteleros indican que se han cancelado más de 3 mil habitaciones, mientras que en Chiapas se reporta una caída de 17 por ciento en la ocupación hotelera.
"En los hogares también se resiente la situación, toda vez que han tenido que enfrentar escases de productos, aumentos de precios, pérdida de empleos y por ende, caída en los ingresos del hogar", apunta en su reporte el CEESP.
Un entorno de creciente inseguridad, impunidad y corrupción incrementan el riesgo y elevan los costos de los proyectos de inversión. Ya el Informe de Seguridad Empresarial en México 2015-2016, de la American Chamber, advirtió que 13 empresas tienen considerado suspender actividades en las entidades más peligrosas del país para trasladarse a otras más seguras y revela que en 2015 salieron del país 6 empresas para ubicarse en Estados Unidos o Canadá y dos más tienen previsto hacerlo en este año.