El Presupuesto de Egresos de la Federación para 2018 estará en 'aprietos' por los recortes que implementará el gobierno, los compromisos en el pago de pensiones, el costo de la deuda y las transferencias a los estados, por lo que habrá poco margen de maniobra para realizar ajustes en el gasto que impulsen el crecimiento económico del país, coincidieron expertos.
Sin embargo, los recortes que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) fije para el próximo año son necesarios para cumplir en el último año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto el objetivo del superávit primario de uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y un déficit presupuestario de 2.5 por ciento, señalaron.
En el presente año, variables como el PIB, el precio del petróleo y el tipo de cambio están en una mejor posición respecto de 2016 y las finanzas públicas tienen un voto de confianza por parte de las calificadoras Standard & Poor's y Fitch Ratings, que cambiaron de 'negativa' a 'estable', la perspectiva de calificación de la deuda soberana del país.
Benito Berber, economista para América Latina de Nomura Holdings, advirtió que luego de la mejora de las perspectivas crediticias, las autoridades mexicanas se ven presionadas a avanzar en el plano de la consolidación fiscal y a cumplir las promesas que hicieron este año.
"Si no cumplen con lo que dijeron que harían, entonces volvería a surgir la probabilidad de una rebaja de calificación", mencionó el especialista.
La SHCP estimó en los Precriterios de Política Económica 2018, publicados en marzo, que el gasto sufriría un recorte equivalente a 0.2 por ciento del PIB o 43 mil 800 millones de pesos, pero a finales de junio el titular de la dependencia, José Antonio Meade, calculó que el recorte presupuestal podría ascender a 0.4 por ciento del PIB.
En los Precriterios para 2018 se consideró un crecimiento económico de 2.5 por ciento, un tipo de cambio promedio anual de 19.1 pesos por dólar, un incremento en los precios del petróleo a 46 dólares por barril y un aumento en la plataforma de producción de petróleo a 2 millones de barriles por día.
Luis Foncerrada, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), consideró que es importante que se cumpla ese 'ajuste en el cinturón', pues en años anteriores no se observaron recortes en todos los rubros prometidos.
"Lo que tienen que hacer es una buena estimación de los ingresos y, aunque es difícil ser precisos, el gasto sí puede ser programado", consideró.
Sobre el superávit primario de uno por ciento del PIB estimado por las autoridades para el próximo año, Foncerrada apuntó que es necesario que se cumpla como parte de la disciplina financiera, sin embargo, ello no quita que las finanzas públicas tendrán un año apretado.
GASTO DEBE ESTAR BAJO LA LUPA
El Presupuesto 2018 debe ser austero y prudente, porque hay un aumento en el gasto de pensiones por la dinámica poblacional, por el costo financiero de la deuda, que se eleva por el pago de intereses y porque es un año electoral, en el que los recursos adicionales pueden tener un mal uso, señaló Valeria Moy, directora de México ¿Cómo Vamos?.
"Año con año se están subestimando ingresos y cuando se tienen ingresos extra se abre la puerta a mal ejercer esos recursos, porque los puede usar el gobierno de forma discrecional y ahí es donde se debe poner la lupa", afirmó.
Marcelo de la Jara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, dijo que el presupuesto tratará de consolidar el superávit, es decir, habrá restricciones al incremento del gasto en rubros ya conocidos, como es el gobierno central, las legislaturas y el Poder Judicial.
"Vamos a tener un panorama similar al del año pasado en términos de restricciones presupuestarias", dijo.