La reforma fiscal de Estados Unidos, que se espera sea una realidad esta semana, podría cumplirle un deseo más a Donald Trump: reducir el déficit comercial. Esto se lograría gracias a que los cambios en los impuestos corporativos frenarían a las empresas multinacionales a mover sus ganancias fuera del país.
Para México y Canadá esto podría representar una "relajación" en las rondas de renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), pues Trump ha insistido en que son de los grandes culpables de la balanza comercial deficitaria.
De acuerdo con estimaciones del Wall Street Journal, la reforma fiscal podría reducir el déficit comercial a la mitad, o aproximadamente 250 mil millones de dólares al año. "Esto sería un efecto contable más que un cambio en los ingresos reales del negocio o del trabajador. No obstante, algunos analistas creen que la óptica positiva podría frenar algunos de los instintos proteccionistas de Trump, que están fuertemente impulsados por el déficit comercial", señaló.
El freno a las multinacionales se daría como consecuencia de que la tasa impositiva corporativa actual de Estados Unidos, de 35 por ciento, es más alta que la de casi todos los países desarrollados, lo que alienta a estas corporaciones a minimizar los ingresos en EU.
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