La promesa de gobierno del año pasado del presidente Enrique Peña Nieto "vas a ganar más por tu trabajo", no se tradujo en una mejora salarial en el primer año de gobierno.
En 2013 la pobreza vinculada a los salarios aumentó 2.7 por ciento, por lo que alrededor de 52.8 por ciento de los mexicanos no pudieron adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su trabajo, reveló el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La proporción equivale a cerca de 60 millones de personas, estimaron especialistas del Tecnológico de Monterrey.
El ITLP muestra que al cuarto trimestre de 2013 el ingreso laboral per cápita mensual de los mexicanos cayó 3.24 por ciento en términos reales respecto al mismo periodo de 2012, es decir que en un año los mexicanos dejaron de recibir 44.69 pesos.
Al deflactar con el índice de precios de la canasta básica alimentaria que usa el Coneval, el ingreso perdió 3.9 por ciento anual, por lo que el ingresó bajó 50.53 pesos, a mil 256.85 pesos.
Expertos del Tecnológico de Monterrey y del ITAM coincidieron en que la pérdida de poder adquisitivo se atribuye a que los empleos que se han generado no vienen acompañados de mejores salarios, a que el precio de los alimentos de primera necesidad se incrementó más que los salarios y a que la Cruzada Nacional Contra el Hambre es una estrategia focalizada que no impacta al mercado laboral.
Leticia Armenta, directora del Centro de Análisis Económico del Tec de Monterrey, Campus Ciudad de México, señaló que la dinámica de los salarios fue más lenta que la de los precios.
"El crecimiento de la economía se traduce en un incremento del ingreso de todas las familias, si la economía no crece o crece a una tasa muy pequeña, la generación de riqueza a nivel del país se deteriora", argumentó.
Gabriel Martínez, director de la Maestría en Políticas Públicas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), dijo que los salarios se estancaron desde la recesión y el empleo que se ha creado es de salarios bajos, además, "la inflación no es tan baja y los salarios han subido muy poco".
El año pasado el crecimiento económico fue de 1.1 por ciento, de acuerdo con el INEGI y la creación de empleos formales cayó 35 por ciento anual.
En 2013 el porcentaje de personas en la zona rural sigue siendo mayor que la población que vive en zonas urbanas, 60.84 por ciento y 50.42 por ciento, respectivamente.
Sin embargo, el año pasado el ITLP que registró un incremento fue sólo en el ámbito urbano, el cual aumentó 3.8 por ciento.
Armenta consideró que las personas que viven en las ciudades consumen alimentos fuera del hogar. "La zona rural se está defendiendo más en su poder adquisitivo que la zona urbana; me parece que tiene que ver con situaciones de autoconsumo, donde la canasta alimentaria en la zona rural probablemente sea satisfecha con artículos que se producen en la misma familia", añadió.