En las dos últimas elecciones federales (2012 y 2015) se observa un aumento promedio de 33 mil 165 millones de pesos en el flujo de efectivo en los meses previos a la celebración de elecciones federales, que supera los flujos de años no-electorales, de acuerdo con un análisis de Integralia.
Con base en solicitudes de información y de los informes trimestrales del Banco de México (Banxico) de los últimos años, se ve que la demanda de efectivo aumenta en el primer semestre de los años de elecciones federales, respecto al resto del año y en comparación con los años sin elecciones.
Banxico ha señalado el "efecto temporal que la celebración de elecciones en nuestro país tiene sobre la demanda de dinero".
En 2012, año de elección presidencial, el flujo de efectivo subió 37 mil 374 millones de pesos de febrero a junio; un crecimiento de 5 por ciento del M1 o flujo de billetes y monedas en circulación.
El incremento es desproporcionado y sale de los patrones normales de la demanda de dinero.
Un año antes, el flujo había disminuido dos mil 958 millones de pesos en ese periodo y un año después, en 2013, cayó en cinco mil 119 millones de pesos.
En 2015, con elecciones intermedias, el movimiento de efectivo creció 28 mil 956 millones de pesos (el M1 subió 3 por ciento); un año antes el aumento había sido de 11 mil 459 millones de pesos.
Aunque son muchas las variables que intervienen para determinar la demanda de dinero, el alza de 2015 también muestra un patrón fuera de norma. Esta tendencia en la demanda de efectivo en años electorales cae después de junio y vuelve a aumentar en noviembre.
Datos de un análisis estatal de Integralia sugieren que las elecciones de gobernador se acompañan del aumento de efectivo en los meses previos a la jornada.
En 2010, cuando se celebraron 12 elecciones estatales como ocurrirá este año, el crecimiento promedio mensual del M1 en esas entidades fue de 18 por ciento. Un año después el aumento en las mismas entidades fue de 5 por ciento y de 7 por ciento nacional.
En Hidalgo el flujo de efectivo a partir de retiros bancarios fue de 902 millones de pesos en mayo de 2010 y un año después, sin elecciones, de 626 millones en el mismo mes (45 por ciento menos).
En tanto, en Quintana Roo el flujo fue de mil 206 millones de pesos en mayo de 2010 y en mayo de 2011 de 932 millones de pesos (una baja de 29 por ciento).
En Durango los retiros bancarios en marzo de 2010 fueron de 616 millones y bajaron a 427 millones en marzo de 2011 y en Tamaulipas fueron de dos mil 30 millones de pesos en marzo de 2010, cifra mayor a los mil 414 de marzo de 2011 (caídas de 44 por ciento).
No obstante, la información a nivel estatal es insuficiente para generalizar el fenómeno. Integralia hará mayor investigación para analizar el fenómeno en los últimos años, incluido 2016 para detectar patrones más claros por entidad.
EFECTIVO, ¿PARA QUÉ?
Los aumentos en el flujo de efectivo en periodos electorales pueden dar una pista del dinero usado para financiar campañas de forma ilegal.
Aunque la ley ha puesto candados para que las operaciones se bancaricen, muchos gastos de campaña se pagan en efectivo, ya sea porque los fondos provienen de fuentes ilegales, porque se usan para pagar actividades proscritas por ley o para evitar rebasar los topes de gastos de campaña.
Para tener una idea de la probable magnitud del uso de efectivo para campañas electorales, se puede comparar el aumento del M1 con el financiamiento público total que reciben los partidos.
En 2012 el alza en el uso de efectivo nacional fue de más de 37 mil millones de pesos y los ingresos legales de los partidos por financiamiento público nacional y estatal de ocho mil 295 millones de pesos.