La operación al 50 por ciento de las seis refinerías en México, un menor presupuesto para su mantenimiento y el incremento de la demanda de combustibles en el país, han detonado el interés de la compañía estadounidense Raven Petroleum por exportar refinado a México proveniente de la cuenca de Eagle Ford.
La empresa está apostando por la construcción de una refinería al sur de Texas, la primera en los últimos 40 años en Estados Unidos según la firma. El terreno fue adquirido desde el año pasado y están haciendo cabildeo en los condados de la zona para convencerlos, pero no han iniciado la construcción ya que todavía no cuentan con los permisos necesarios de la Comisión de Calidad Ambiental de Texas (TECQ, por sus siglas en inglés), la cual asegura que ni siquiera los han solicitado.
Según la compañía, la refinería procesaría 50 mil barriles diarios de petróleo para exportarlos a México, y tendría una capacidad de almacenamiento de más de cuatro millones de barriles.
La transportación sería vía ferrocarril, ya que construiría 30 kilómetros adicionales a las vías que ya pasan actualmente por la zona y que son utilizadas por Kansas City Southern. Sería la segunda más cercana a México, a casi 70 kilómetros de la frontera.
La primera es Western Refining en el Paso, Texas, a sólo dos kilómetros de la frontera con Chihuahua, la cual todavía no exporta a México, pero hay planes desde el año pasado de que Tesoro Corp la adquiera, compañía que ganó la primera temporada abierta de Pemex.
El proyecto que tendrá un costo aproximado de 500 millones de dólares, probablemente abastecerá de gasolina a México durante los próximos 15 años, con lo que el país consolidará su posición de importador neto de petróleo de su vecino del norte, como lo afirma la Agencia de Información Energética de Estados Unidos.
En su sitio web, la compañía plantea que exportará diésel, gasolina y productos de gas licuado al mercado energético en México ante su reciente apertura.
En un comunicado, la empresa indicó que la refinería se construirá en un terreno de 336 hectáreas en un rancho al suroeste del condado de Duval, en la frontera con los condados de Jim Hogg y Webb.
Humberto González, juez del condado de Jim Hogg, aseguró que el proyecto generará mil 800 empleos temporales para su construcción, y dejará una derrama económica por día de 400 mil dólares.
González dijo que entre los tres condados crearon una coalición de desarrollo económico para apoyar el proyecto y aprovechar las oportunidades.
Pero al parecer, la refinería no cuenta con el apoyo de las comunidades de la zona. La coalición "Texanos del Sur Contra la Refinería", ha reclamado que Raven Petroleum no cuenta con los permisos necesarios de la TCEQ para iniciar la construcción de la refinería, además de que aseguran que la falta de transparencia ha caracterizado el proyecto.
Tricia Cortez, miembro de STAR y directora ejecutiva de RÍo Grande Internacional Study Center, aseguró que su principal preocupación es que, donde estaría ubicada la refinería el viento sopla hacia la comunidad de Bruni a seis kilómetros de distancia donde están la secundaria y preparatoria del área, por lo que las repercusiones sanitarias podrían ser altas, como es el caso de Corpus Christi, de acuerdo con estudios citados por ellos.