El presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), Gabriel Contreras descartó que exista un mercado "adverso" para las empresas que ingresarán al mercado de la televisión abierta, debido a la alta concentración que registra.
"Tenemos un mercado de televisión abierta altamente concentrado, que esto (la entrada de nuevos jugadores) va a generar más pluralidad, competencia en materia de contenidos y nuevos modelos de negocio, eso es por supuesto lo deseable; yo no veo que haya un efecto adverso, al contrario".
En torno al proceso del "apagón analógico" en el país, el funcionario enfatizó que hasta que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) no acredite que una localidad registra 90 por ciento de penetración digital, el Ifetel no estará en condiciones de ordenar el cese de las transmisiones de la señal de televisión analógica.
"En este momento no tenemos prueba de que exista alguna región en el país que tenga ese 90 por ciento de penetración, estamos trabajando con la SCT en la revisión de la información".
Conteras dijo que la SCT y la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) siguen desplegando la entrega de los dispositivos, "pero hasta el momento no tenemos información que se tenga la cobertura de 90 por ciento que ordena la ley para que proceda el apagón".
Explicó que debe haber un lapso de cuatro semanas entre que se ordena el "apagón", hasta que éste tiene lugar, por lo que el Ifetel tiene que ver que las condiciones se cumplan para llevarlo a cabo lo antes posible.
"Nos corresponde ordenar el apagón analógico, pero siempre y cuando se cuenten con las condiciones de penetración; sin ello no podríamos ordenar estos apagones regionales, hemos recibido información de la SCT, pero no la que nos acredite que ya existe una zona que ya tenga 90 por ciento de penetración".
Por otra parte, el presidente del órgano regulador dijo que en materia satelital, México tiene una regulación novedosa que incorpora figuras como la reserva de capacidad para el Estado.
"Es algo que no existe en otros países y que podría implicar una carga regulatoria y una situación desventajosa para un operador, eso quizá valdría la pena revisar, pero no me atrevería asegurar que tenemos la peor regulación del mundo".