Imagina que trabajaras para un jefe que te tratara como adulto y te dejara tomar tantas vacaciones como quisieras. ¿No sería maravilloso?
Éste es el trato que Sir Richard Branson les está ofreciendo a sus empleados cercanos, y casi todos lo han considerado con un plan maravilloso. La semana pasada, escribió un blog ensalzando su propia idea, y en los comentarios más abajo, pareciera que está mostrando el camino hacia un futuro mejor. Sir Richard no es el primero en introducir estas políticas – por años Netflix ha declinado monitorear cuánto tiempo libre se toman sus empleados – pero él es el primero en ver la buena publicidad que puede surgir de esto.
"El plan permite que el empleado decida por sí mismo cuándo puede tomarse unas horas, un día, una semana o un mes de vacaciones", explica, acompañando sus palabras con una foto suya en una hamaca, con su teléfono inteligente en la mano, el Mar Caribe a sus espaldas y las hojas de una palmera junto a su cabeza.
Ah, pero hay una trampa dentro de toda esta arena y tanto sol. Sir Richard explica que sus empleados solamente tomarán tiempo libre cuando "se sientan cien por ciento cómodos de que ellos y sus equipos están al corriente en todos sus proyectos".
De repente, el trato se ve como uno bastante malo para la gente que dirige la oficina del empresario. En todas las décadas en que he trabajado, nunca me he sentido cien por ciento cómoda pensando que todo está bajo control. No creo que sea diferente en Virgin.
El problema del trabajo moderno es que no tiene fin. Nunca se acaba, así que juzgar cuándo puedes tomar un descanso se vuelve muy difícil. Una fecha fija de vacaciones nos dice que está bien tomarnos un descanso – aun si no hemos terminado nuestro trabajo.
Cuando se trata de días feriados, nos encontramos en una situación problemática. Por un lado, mientras más desinteresados seamos, más vacaciones querremos tomar; por otro lado, mientras más ambiciosos, estaremos inclinados a no tomar ningún día.
En ninguno de los casos deberíamos ser responsables de toda la decisión. Aquellos que quisieran estar de vacaciones permanentes necesitan que se les diga que regresen a trabajar; aquellos incapaces de tomarse un descanso, necesitan también que se les diga que deben tomarse uno.
Es posible que esta política de vacaciones-no-fijas pudiera servir si tuviéramos una idea clara de lo que un tiempo aceptable de descanso debe ser. Pero no tenemos ninguna idea. Varía entre personas y entre países. En Europa nos gusta mucho tener muchos días – particularmente en Francia, donde los trabajadores se toman 30 gloriosos días – mientras que en EU nadie cree en esto de las vacaciones. El tiempo normal es de 10 días, pero sólo los mequetrefes se los toman. Lo que se piensa que es razonable también varía entre sectores – algunos maestros consideran un período de menos de tres meses como una atrocidad – y hasta entre compañías de una misma industria.
En vista de todo esto, cuando comenzamos un nuevo trabajo necesitamos saber cuál es la costumbre actual. Si nuestro jefe no nos da una pista, lo tenemos que encontrar nosotros mismos. Una política de no tener reglas no significa que no haya alguien contando, pero estaremos vigilando obsesivamente el tiempo que toman los otros para ver cuánto tiempo permitirnos. Será necesario ser muy valiente para reservar dos semanas en la playa cuando nuestro jefe sólo se toma un fin de semana largo.
Sir Richard dice que espera que su plan sea copiado pronto por sus subsidiarias. Pero aquí veo otra trampa. ¿De verdad les dirá a las azafatas de Virgin, quienes por ahora no tienen la libertad de escoger su propio color de lápiz labial, que pueden tomarse el tiempo libre que quieran? O quiere decir que la iluminación solamente se extenderá hasta el nivel gerencial – lo cual no suena terriblemente iluminado.
Aunque el acuerdo de por sí es un fracaso, tiene cierta lógica a su favor. Netflix señala que como ya no esperamos que la gente trabaje de 9 a 5 y confiamos que lo haga desde su casa, es una locura mantener las vacaciones fijas. Esto está bien. Pero todavía no lo convierte en una buena idea, al menos para el empleado. El trabajo flexible ha sido lo peor para el trabajador profesional – y lo mejor para sus empleadores. La productividad aumenta, no porque todos estén contentos de tener libertad, sino porque encuentran que nunca dejan de trabajar. Netflix informa que su política de escoger-tu-propia-vacación ha incrementado la productividad. Lo creo y no me parece nada bien.
Esto no quiere decir que la forma tradicional en que la mayoría de los jefes ven los períodos de vacaciones – llevando un minucioso control de todas las ausencias – sea la estrategia correcta. Un monitoreo excesivo siempre es una mala idea. Y la noción de un derecho a vacaciones anuales que se pierden resulta en que el personal se tome días libres cuando no beneficia a nadie – lo cual tampoco tiene sentido. La respuesta es simple. Las compañías deben definir cuántos días libres deben tomarse sus empleados, y dejar que ellos se tomen aproximadamente ese tiempo según les parezca.
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