¿Ha tocado fondo la producción petrolera estadounidense?
Contestar que sí es algo aventurado. Después de todo, los mercados petroleros siguen deprimidos.
Algunos analistas muy populares incluidas la Agencia Internacional de Energía y la OPEP creen que los volúmenes caerán tanto en 2016 como en 2017.
Pero las compañías sobrevivientes de la industria se resguardaron durante la crisis del crudo y ahora se están reagrupando. Los pronósticos anteriores que preveían una disminución de la producción estadounidense ahora parecen dudosos a la luz de las estadísticas recientes.
La perspectiva de estabilización en Estados Unidos complica las conversaciones entre los miembros de la OPEP conforme le dan contenido a un acuerdo preliminar para reducir la producción.
Los suministros de esquisto han creado un dilema para el cártel de productores, pues cualquier aumento del precio del petróleo podría poner a los productores estadounidenses de vuelta en el negocio.
Los datos de la semana pasada de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos mostraron que la producción de crudo alcanzó un promedio de 8 mil 744 millones de barriles por día en agosto, 51 mil más que en julio y 404 mil más que lo que la agencia había previsto anteriormente para el mes.
El número de plataformas de perforación en el país aumentó en nueve la semana pasada hasta alcanzar 450, la cifra más alta desde febrero, según la compañía de servicios petroleros Baker Hughes. La perforación es necesaria para mantener o aumentar la producción en las cuencas de esquisto.
Desde el 28 de septiembre, cuando los miembros de la OPEP se reunieron en Argel y sacudieron el mercado del petróleo al acordar reducir la producción por primera vez desde 2008, los precios del crudo estadounidense aumentaron desde menos de los 45 dólares por barril hasta casi 52 dólares el 19 de octubre. Luego, el West Texas Intermediate, la referencia estadounidense, cayó inmediatamente, cotizándose a 44.68 dólares el lunes.
Los productores estadounidenses aprovecharon el breve repunte para comprar seguros contra un mercado débil en 2017, dicen los analistas.
"La OPEP estaba tratando de apuntalar el precio del petróleo, pero sin querer ayudó a los productores estadounidenses", afirmó Michael Tran, analista de energía de RBC Capital Markets.
Durante las pasadas dos semanas las compañías petroleras han expresado optimismo sobre las perspectivas de la producción estadounidense.
Chevron, que posee grandes extensiones en la Cuenca Pérmica del oeste de Texas, dijo que su producción de esquisto ha superado las expectativas, y que ha aumentado en un 24 por ciento en el año hasta la fecha.
EOG Resources, uno de los principales productores independientes de petróleo, aumentó su tasa de crecimiento proyectada para 2017-2020.
William Thomas, director ejecutivo, dijo a los analistas en una llamada que las reducciones en los costos implicaban que con un precio de 50 dólares a 60 dólares por barril, "ahora podemos crecer de un 15 a un 25 por ciento compuesto anualmente".
Otras compañías han estado analizando acelerar el ritmo al que están perforando los pozos, incluyendo Hess, una compañía de exploración y producción presente en la formación Bakken de Dakota del Norte, y Continental Resources.
Prácticamente todo el crecimiento de la producción en agosto pasado se produjo en aguas federales del Golfo de México, no en los yacimientos de esquisto en tierra.
Un nuevo proyecto en aguas profundas era el yacimiento Gunflint de Noble Energy, que según la compañía comenzó a funcionar a mediados de julio y estaba operando a "tasas mayores de lo esperado".
El efecto del incremento del número de plataformas de perforación no debe ser exagerado, pues aún está muy por debajo del nivel existente durante el auge del esquisto y toma tiempo realizar nuevos pozos.
Aun así, la tendencia sube las apuestas para la OPEP conforme se acerca su próxima reunión formal el 30 de noviembre.
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