Una segunda agencia ha rebajado la calificación crediticia soberana de Brasil a la categoría de basura, lo cual provocó temores de una venta por parte de inversionistas extranjeros y nacionales.
Fitch Ratings redujo la calificación de Brasil a BB+ desde el anterior BBB-, reflejando una medida similar por parte de Standard & Poor's en septiembre y provocando una depreciación del 2.02 por ciento del real brasileño frente al dólar hasta los 3.9497.
"La rebaja de Brasil refleja una recesión más profunda de la economía que lo que se había previsto, continuos acontecimientos fiscales adversos y un aumento de la incertidumbre política", dijo la agencia de calificación.
La rebaja ocurre mientras la presidenta Dilma Rousseff está enfrentando un proceso de juicio político en el congreso y luchando por reequilibrar las finanzas públicas del país.
También ocurre en medio de reportes no confirmados en los medios de comunicación locales de que el respetado ministro de hacienda Joaquim Levy, un notable halcón fiscal, está contemplando la posibilidad de renunciar a su cargo en medio de un conflicto dentro del gobierno a causa del cumplimiento de sus objetivos presupuestarios.
Fitch había dado señales de una posible rebaja al colocar su calificación de Brasil en una perspectiva negativa, pues la economía enfrenta su peor recesión desde la Gran Depresión y el gobierno está dándoles marcha atrás a los esfuerzos para reducir su déficit presupuestario.
Candido Bracher — presidente ejecutivo del banco de inversión Itaú BBA — dijo que aunque la economía estaba en recesión, los indicadores externos de Brasil se mantenían firmes con fuertes reservas de divisas.
Fitch dijo que esperaba que la economía de Brasil se contrajera un 3.7 por ciento este año y un 2.5 por ciento en 2016 con la perspectiva de que la situación empeore aún más.
Se refirió a una mezcla negativa de aumento del desempleo, reducida confianza de los inversionistas y alta inflación, las cuales, combinadas con incertidumbres políticas y normativas, son la causa de la contracción.
Una investigación por corrupción en la compañía petrolera estatal Petrobras, la cual ha involucrado a una serie de políticos y empresarios de alto nivel, también estaba dañando la confianza de los inversionistas, dijo Fitch.
La incapacidad del gobierno para establecer un objetivo estable para un superávit fiscal primario — el equilibrio presupuestario antes del pago de las tasas de interés — también ha aumentado la incertidumbre, dijo Fitch.
"Los reiterados cambios en los objetivos fiscales han minado la credibilidad de la política fiscal", dijo la agencia.
Fitch también mencionó condiciones menos favorables en el extranjero para Brasil, como la desaceleración del crecimiento en China y las expectativas de que la Reserva Federal estadounidense aumente las tasas de interés.
"El ámbito externo sigue siendo difícil para Brasil, con la caída de los precios de los productos básicos, la desaceleración de China y el endurecimiento de las condiciones financieras internacionales", dijo Fitch.
El ministerio de hacienda dijo que a pesar de los indicadores negativos a corto plazo y la incertidumbre, la economía brasileña tenía "fundamentos positivos".
Dijo que la deuda externa del gobierno era de solamente 28 mil millones de dólares — baja en comparación con las entradas de ingresos de exportación este año de US$181 mil millones y de la inversión extranjera de 55 mil millones de dólares.
También te puede interesar:
Las tasas de la Fed y el dilema del Banxico
VW necesita más terapia para cambiar su equivocada actitud mental
Economistas pronostican múltiples aumentos de tasas
Financial Times