La industria de la carne de cerdo estadounidense está siendo perjudicada después de que sus dos mercados extranjeros más importantes impusieran elevados aranceles en represalia por los aranceles aplicados al acero y al aluminio por parte de la administración Trump.
La semana pasada, México declaró un arancel del 20 por ciento sobre las importaciones de carne de cerdo de EU. Previamente no aplicaba arancel alguno. En abril, China elevó los aranceles sobre la carne de cerdo estadounidense del 12 por ciento al 37 por ciento, lo cual pone la carne en desventaja en el mercado mundial.
Los aranceles se enfocan en una industria con una fuerte presencia en los estados que votaron por el presidente Donald Trump, incluyendo Iowa, Indiana y Carolina del Norte. Antes del anuncio de México, el gobierno estimaba que EU exportaría casi un cuarto de sus 12.2 millones de toneladas de carne de cerdo este año.
México ha sido el mayor cliente de la industria por volumen, pues recibió más de 800 mil toneladas de jamones y otros cortes valorados en 1.5 mil millones de dólares el año pasado. China compró casi medio millón de toneladas, según la Federación de Exportadores de Carne de EU. Canadá, cuyo primer ministro, Justin Trudeau, recibió una andanada de críticas por parte de Trump el fin de semana, es el cuarto mayor mercado de exportación de carne de cerdo de EU.
Los nuevos aranceles se aplican en momentos en que la industria porcina estadounidense ya enfrenta problemas. Se están sacrificando demasiados cerdos después de cuatro años de expansión de la ganadería porcina. Los productores perderán 11 dólares por cabeza en 2018 y 14 dólares por cabeza en 2019, pronosticó Chris Hurt, economista agrícola de la Universidad Purdue en Indiana.
"Cualquier pérdida de demanda resultante de un arancel chino o mexicano se sumaría a esas pérdidas", dijo el profesor Hurt. "Nunca es un buen momento para que ataquen tu industria. Pero cuando ya estás débil, es peor".
Una disminución de las ventas afectaría a aproximadamente 60 mil porcicultores, así como a las plantas empacadoras de carne de EU como Tyson Foods, Seaboard y JBS de Brasil. "Con la actual volatilidad en las relaciones comerciales, hemos sufrido una incertidumbre cotidiana en nuestra capacidad para llevar productos y servicios a los clientes", dijo Tyson.
The Maschhoffs, una empresa cárnica con sede en Illinois, posee 2.7 millones de cerdos criados en granjas en el medio oeste estadounidense y se los vende a las empacadoras. Ken Maschhoff, presidente, dijo que apoya a Trump, pero que se está agotando su paciencia con el deterioro de las relaciones comerciales.
"En este momento, los productores de carne de cerdo sienten que están en una isla", dijo Maschhoff. "Hemos recibido dos grandes aranceles compensatorios por algo que no hicimos".
México actuó estratégicamente al no aplicarles aranceles a las importaciones de maíz y soja, dijeron los economistas, dos ingredientes de peso para sus industrias domésticas de ganado y aves de corral.
También declaró un contingente arancelario libre de derechos de 350 mil toneladas de carne de cerdo en 2018 para evitar la inflación doméstica, según un informe de diplomáticos estadounidenses. Aunque está abierta a los exportadores estadounidenses, la cuota probablemente ya se ha cubierto, dijo un funcionario del gobierno mexicano.
La Casa Blanca ha intentado estimular las exportaciones agrícolas, una de las pocas industrias en las que el país tiene un superávit comercial. Argentina acordó recientemente permitir las importaciones de carne de cerdo estadounidense por primera vez desde 1992.
Los nuevos aranceles podrían dificultar esos esfuerzos.
En declaraciones a los agricultores de Iowa la semana pasada, Gregg Doud, principal negociador agrícola del Representante Comercial de EU, describió la perspectiva inmediata como "muy, muy difícil", según un informe de Reuters.
Los mercados de futuros de Chicago no se han visto afectados por la retórica comercial. El precio de los cerdos magras para la entrega en diciembre ha oscilado alrededor de los 0.60 dólares por libra durante el mes hasta la fecha y apenas se ha movido tras el anuncio de México.
México ha penalizado previamente a los porcicultores. En 2010, impuso aranceles a los jamones y las pieles de cerdo para presionar a EU para que les permitiera a los camiones mexicanos transportar mercancías a través de la frontera. Ambos países resolvieron esta disputa en el año 2011.