El peso mexicano se hunde frente al dólar.
Ayer, el tipo de cambio cerró en un máximo histórico de 17.50 pesos, pero en la jornada llegó hasta 17.60.
Esta fuerte caída fue producto del desplome en los petroprecios, tras un reporte de la OPEP que asegura que en noviembre se alcanzó el mayor bombeo desde abril de 2012, y del nerviosismo de inversionistas ante la inminente alza en la tasa de referencia de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
La combinación de ambos factores ejerció ayer una presión mayor sobre la moneda mexicana que sobre otras divisas, explicó Rafael Camarena, economista del Banco Santander.
"Aunque México no es un país exportador de commodities –más bien de manufacturas-, la caída en los precios, particularmente del petróleo, tuvo un efecto negativo en el tipo de cambio frente al dólar, como un contagio de lo que ocurrió en otros países que sí exportan", comentó.
Esta volatilidad convierte al peso en la segunda moneda más castigada del mundo en las últimas cuatro jornadas, pues acumula una depreciación de 3.16 por ciento.
La presión sobre el tipo de cambio hizo que Banxico reaccionara, por segunda vez en la semana y vendiera 200 millones de dólares al mercado vía subasta.