En septiembre del 2015 la ONU propuso los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS en adelante, generados para acabar con la pobreza en mundo. Así la ONU, con los miembros adheridos a ello, generó la agenda 2030.
En México, apoyados por la Red del Pacto Mundial local, ya existe un movimiento y acciones de las empresas en esa dirección.
Este es el reto de las empresas hacia el futuro que prevé construir un mundo mejor. ¿Cómo lograrlo?
Una de las formas más efectivas es generar alianzas entre los actores principales de la sociedad: el gobierno; las instituciones educativas; las empresas; y la sociedad civil. Cada uno, desde su ámbito de influencia, toma el liderazgo que le corresponde. Dijo Ban Ki-Moon (2015) secretario de Naciones Unidas, "Somos la primera generación que puede poner fin a la pobreza y la generación que puede actuar para evitar los peores impactos del cambio climático". Esto a través de la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El gobierno con un marco legal que facilite la puesta en marcha de los ODS. Las instituciones educativas, promoviendo una educación consciente de los problemas actuales y la búsqueda de soluciones éticas, viables e innovadoras. Su responsabilidad es crucial en la formación de líderes capaces de hacerse cargo de este futuro diferente.
Las empresas, asumiendo modelos de negocio responsables, éticos y con objetivos que hagan frente a la exigencia de la triple cuenta de resultados: económico, social y medio ambiental, misma que los hace responsables por sus actividades y los impactos que generan en estos tres aspectos.
La sociedad civil promoviendo un consumo responsable y atención a los resultados de su participación.
El desarrollo de la sostenibilidad en las empresas – aunado a lo que se ha hecho en los últimos 15 años con los programas, actividades o acciones de responsabilidad social empresarial (RSE) – se integra cada vez más al corazón del negocio, mostrando su coherencia desde la declaración de las políticas y los valores organizacionales, para que sus trabajadores actúen con un marco de referencia ético en sus conductas, tomen mejores decisiones y actúen en las operaciones a lo largo de toda su cadena de valor con responsabilidad y transparencia. Esto propiciará que la empresa cuente con una gobernanza que la aleje de la corrupción.
La sustentabilidad debe estar en el Core del negocio, con la finalidad de generar más impactos positivos y menos externalidades negativas, lo que facilitará que encuentre su sostenibilidad en el largo plazo y contribuya a ese mundo mejor, que todos queremos.
El resultado es un círculo virtuoso, que impulsa a la empresa a operar como un actor de verdadero impacto económico, social y ambiental, en un mundo que cada vez exige mayores beneficios para construir un mundo mejor, con responsabilidades por parte de todos.
Para esto es necesario el compromiso de la alta dirección como generadora de adhesión en toda la organización; la comprensión e involucramiento de sus Stakeholders; una clara visión de la gestión del talento humano con una mirada desde la diversidad y la inclusión como eje transversal de los programas de sostenibilidad; una perspectiva de cuidado hacia el medioambiente; el trabajo con cadenas de valor integradas; y el desarrollo de las alianzas necesarias para lograr los objetivos.
Para poner en práctica estos conceptos, es necesario desarrollar un programa que aborde estos temas desde ángulos teórico-prácticos con casos concretos locales, tendencias globales, así como herramientas de medición y análisis de gestión.
Pero, no es sÓlo una labor de las grandes empresas, también es un reto para las PYME, el gobierno, las instituciones educativas y la ciudadanía.
Cabe mencionar que se requerirá de una ciudadanía más consciente de sus necesidades y obligaciones, más proactiva, responsable, y exigente de transparencia en las acciones realizadas por los diferentes actores en la sociedad. Para ello serán fundamentales las alianzas, entre todos los actores mencionados, para alcanzar las metas trazadas en el corto, mediano y largo plazo. Este es el desafío de la sostenibilidad de la empresa del futuro.
La autora es profesora del Departamento de Administración, Emprendimiento y Mercadotecnia EGADE Business School, Tecnológico de Monterrey.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.