Uno de cada tres franceses se abstuvo o votó en blanco este domingo durante las elecciones presidenciales ganadas por el centrista Emmanuel Macron contra la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, un nivel sin precedentes desde 1969.
Según los resultados del ministerio del Interior sobre 80 por ciento de los electores, la abstención alcanzó un 24.52 por ciento, cifra más elevada que en la primera vuelta (22.63 por ciento) y la más alta registrada en Francia desde 1969 (31.4 por cierto).
Además de la abstención elevada, el ministerio señaló la cantidad récord de votos en blanco y anulados, que se acercan al 12 por ciento de los votantes o 9 por ciento de los inscriptos.
"Eso significa que en total, uno de cada tres franceses optó por no escoger a ninguno de los dos candidatos. Es realmente mucho para una elección presidencial", indicó Anne Jadot, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Lorena.
Por primera vez desde 1969, la participación en la segunda vuelta es inferior a la de la primera.
"La presencia de la extrema derecha en la segunda vuelta no provocó una movilización fuera de lo común con relación a la primera vuelta, contrariamente a lo que había sucedido en 2002. No hubo efecto de conmoción porque su presencia era previsible", agrega Jadot.
En 2002, la abstención había sido récord en la primera vuelta (28.4 por ciento). Pero la presencia en la segunda de Jean-Marie Le Pen, padre de Marine y fundador del Frente Nacional, había luego movilizado masivamente a los electores, provocando una caída de la abstención al 20.3 por ciento.
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