LONDRES. Guatemala está considerando la posibilidad de recaudar impuestos por la venta de flores del opio para ayudar a financiar programas de prevención del consumo de drogas y otros gastos sociales, dijo el ministro del Interior.
El país centroamericano está estudiando formas de legalizar la producción de amapolas -la flor del opio- y de mariguana, como parte de un cambio mayor en América Latina, que se está alejando de los enormes costos financieros y sociales de una guerra contra las drogas respaldada por Estados Unidos.
"Es una idea que ya se ha planteado en algunos escenarios", dijo Mauricio López Bonilla, un teniente coronel del Ejército en retiro que sirvió en las fuerzas especiales de Guatemala, cuando se le preguntó si el Gobierno aplicaría impuestos a la venta de amapolas si opta por permitir el cultivo para usos médicos.
"Ese modelo significaría impuestos, recursos fundamentales para la prevención, recursos que podrían ser utilizados por el Estado de Guatemala para sus necesidades de desarrollo social", dijo en una entrevista.
Casi toda la producción de amapola de Guatemala se concentra en tres municipios cerca de la frontera con México y ha sido financiada tradicionalmente por cárteles del narcotráfico mexicano.
López Bonilla dijo que el cultivo de amapola está tan extendido en esas áreas que es difícil una persecución del Estado.
"Si siguiéramos la ley al pie de la letra, tendríamos que llevar a los habitantes de los tres municipios a la cárcel, esto es imposible en los términos actuales", sostuvo, agregando que los programas de erradicación destruyen sólo cerca de un 10 por ciento de las cosecha cada año.
López Bonilla se encuentra en el Reino Unido para participar en una conferencia sobre un replanteamiento de las políticas de la lucha contra las drogas en la London School of Economics.
Guatemala, que se encuentra en una importante ruta de transito de cocaína hacia Estados Unidos, es uno de los países más violentos de América y ha sufrido incursiones de cárteles mexicanos del narcotráfico.
El presidente de Guatemala, Otto Pérez, propuso la legalización de la droga después de que asumió el cargo en 2012, para frenar el poder del crimen organizado y aliviar las escasas finanzas públicas del país.
"Creemos que no se ha visibilizado lo suficiente que estamos inmersos en el combate de un problema que no es nuestro y en el cual tenemos que utilizar recursos propios que podrían ser enfocados hacia la salud, la educación y no en la lucha contra las drogas", dijo López Bonilla.
"No estamos hablando de la legalización de la comercialización, de la producción o del uso de las drogas", dijo el ministro. "Estamos hablando de revisar un modelo que a lo largo de los últimos 40 años ha resultado ser ineficiente", agregó.