El presidente de México, Enrique Peña Nieto, puede estar adoptando una postura cautelosa en sus comentarios públicos sobre su homólogo estadounidense, Donald Trump, pero el hombre que actualmente figura como su posible sucesor no demuestra ese refreno.
En una entrevista de 90 minutos el martes, Andrés Manuel López Obrador, el radical ajeno a los partidos políticos tradicionales que es el primer contendiente para las elecciones del próximo año, criticó la "campaña de odio" de Trump contra los inmigrantes mexicanos, lo acusó de violar las leyes de derechos humanos, calificó a su plan para construir un muro en la frontera de herramienta propagandística y dijo que ansiaba encargarse de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Dijo que el presidente Peña Nieto estaba muy callado y que Donald Trump hablaba muy alto.
Sus declaraciones podrían ser un anticipo de los enfrentamientos futuros. México y Estados Unidos han disfrutado de una relación de cooperación durante décadas. Trump ha cambiado la dinámica. Ha enojado tanto a los mexicanos que, si las encuestas tienen razón, están dispuestos a elegir a un nacionalista ardiente propio, un político que ha pasado años denunciando la forma en la que se maneja la economía para atender los intereses de los extranjeros - en cierto sentido, un mexicano anti-Trump.
'ME EQUIVOQUÉ'
López Obrador, conocido simplemente como AMLO por sus compatriotas, dijo que México debería haber presentado una queja contra Trump ante la Organización de las Naciones Unidas tan pronto como anunció el muro que planea construir en la frontera, y prometió emprender acciones legales él mismo, una vez que sea presidente. Dijo que es poco probable que el TLCAN sea renegociado pronto, y eso está bien porque "sería mejor si estamos en el poder" cuando suceda.
En primer lugar, López Obrador tiene que ganar la presidencia, algo que no ha conseguido dos veces, aunque se quedó a un punto porcentual de triunfar en las elecciones de 2006. Y el ánimo nacional es más favorable ahora. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) al que Peña Nieto pertenece, que se ha mantenido en el poder durante la mayor parte de la historia moderna de México, ha visto erosionada su popularidad debido a una serie de escándalos de corrupción, la matanza de 43 estudiantes con el involucramiento de la policía local y un aumento en los precios de la gasolina. Y eso es sin contar el efecto Trump.
López Obrador dijo que esperaba que el presidente estadounidense suavizara su retórica "xenófoba" una vez en el cargo. "Me equivoqué en eso", dijo. "Esa campaña de odio no tiene justificación, aun sabiendo que le ha funcionado, por eso llegó a la presidencia. No sólo se me hace inhumana, sino irresponsable".
Como resultado, su línea se ha endurecido. Después de la elección de Trump en noviembre, AMLO publicó un video pidiendo calma. Sigue prometiendo comportarse con respeto hacia el presidente de Estados Unidos, pero también presentar una queja contra él el miércoles ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington. Trump se refirió a los inmigrantes mexicanos como "violadores" durante la campaña, y ha prometido deportaciones masivas. La Casa Blanca se negó a comentar las observaciones de López Obrador.
SIN LÍMITES
Aunque insistió en que apoya el libre comercio, López Obrador dijo que no tiene sentido insertar aranceles en el TLCAN. Pero tampoco parecía demasiado preocupado por el riesgo de que el pacto comercial pudiera desintegrarse por completo, ya que dijo que el TLCAN no es la "panacea" ni la "salvación" de México. Desde que el acuerdo entró en vigor en 1994, la producción industrial de México y las exportaciones han aumentado, sin disminuir los niveles de pobreza del país.
Explicó que es necesario encontrar una política de equilibrio, y "no optar por una apertura comercial indiscriminada y sin límite. Cada país tiene derechos que protege", dijo. "Tenemos que cuidar áreas que son estratégicas", agregó.
El gobierno actual también ha advertido que se retiraría de las conversaciones sobre el TLCAN si Estados Unidos exige aranceles, y Peña Nieto -que no puede buscar la reelección- también ha arremetido contra Trump. Después de ser criticado en su país por recibir a Trump en México cuando era candidato a la presidencia de Estados Unidos, Peña Nieto canceló un viaje propuesto a Washington en enero.
Sin embargo, con respecto a la política económica más amplia, hay un mensaje característico de AMLO. Al igual que Trump, él critica el comercio injusto y el daño que ha causado a ciertos sectores de la economía. En el caso de México, los productores agrícolas fueron algunos de los más afectados, y López Obrador dijo que reviviría al sector mediante subsidios, que es lo que Estados Unidos hace con su propia agricultura.
LO QUE FALLÓ ANTES
Dijo que México puede aumentar su tasa de crecimiento combatiendo la corrupción, reduciendo los salarios del gobierno y creando asociaciones público-privadas, incluso en la industria energética. López Obrador ha criticado la decisión de abrir la industria energética de México a la inversión extranjera, y dijo que tratará de revertirla a través de un referéndum y no por una "acción autoritaria".
Esa clase de retórica puede estar dirigida a tranquilizar a los mercados. El peso mexicano se recuperó después de su caída inicial post-Trump, pero los corredores mexicanos dicen que están recibiendo un creciente número de llamadas de los inversionistas, preocupados por la perspectiva de una presidencia de AMLO.
López Obrador, quien fue jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, a principios de los años 2000, dijo que es el momento correcto para el tipo de reforma económica por la que ha estado abogando durante décadas.
Dijo que había consenso, que es lo que faltó antes para cambiar a México para siempre, y agregó que su agenda será aceptada por la gran mayoría de los mexicanos.