TEHERÁN.- El grupo yihadista ISIS reivindicó sus primeros atentados en Teherán, donde hombres armados y kamikazes atacaron el Parlamento y el mausoleo del ayatolá Jomeini, provocando al menos 13 muertos y 46 heridos.
Por la noche, en una primera reacción oficial, el presidente iraní, Hasan Rohani, instó a la "unidad y a la cooperación regional e internacional" contra el "terrorismo", en un comunicado publicado en la página web de la presidencia.
Según el dirigente, "los que quieren el mal para el Irán islámico (...) reclutaron elementos reaccionarios y takfiris [como se llama en Irán a los grupos yihadistas], para intentar esconder sus fracasos regionales y hacer olvidar el descontento dentro de su propia sociedad".
Rohani no citó directamente a Arabia Saudita y Estados Unidos, como sí lo hicieron los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite iraní, que denunció la "implicación" de estos dos países en los atentados.
Por su parte, el guía supremo iraní, Ali Jamenei, aseguró que estos ataques "no tendrán ningún efecto en la determinación del pueblo iraní", durante una recepción de estudiantes en Teherán, según su página oficial.
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Perpetrados casi simultáneamente, los ataques lanzados por la mañana contra dos lugares altamente simbólicos dejaron 13 muertos, según un último balance de la agencia Isna, y al menos 46 heridos.
Duraron varias horas, pero "las fuerzas del orden controlan [ahora] la situación", según el ministerio del Interior, que afirmó que los seis asaltantes habían muerto.
El primer grupo, que atacó el mausoleo, "estaba compuesto por dos personas: la primera, se hizo explotar en los jardines del mausoleo y la segunda fue abatida por las fuerzas del orden", agregó.
Por otro lado, cuatro asaltantes atacaron el Parlamento, según el ministerio. Dos se inmolaron y otros dos fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.
Los atacantes del Parlamento tenían entre "20 y 25 años", declaró a la agencia Fars Mohamad Hosein Nejat, jefe adjunto de los servicios de inteligencia de los Guardianes de la Revolución.
Los servicios de emergencia iraníes informaron que recibieron a 33 heridos de los ataques y que dos personas sucumbieron a sus heridas en el hospital.
Las agencias de prensa difundieron a través de sus redes sociales imágenes de la explosión.
En una de las fotografías se ve una cabeza decapitada, presentada como la de un de los asaltantes al monumento funerario.
Alrededor de los dos lugares atacados, se desplegaron importantes dispositivos de seguridad y se cerraron las estaciones de metro.
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El responsable acusó a Arabia Saudita, rival regional de Irán, y a Estados Unidos, que no mantienen relaciones diplomáticas con Teherán, de haber "ordenado a sus marionetas" que lleven a cabo estos atentados.
En un comunicado, los Guardianes de la Revolución señalaron que los atentados tuvieron lugar tras el encuentro del presidente estadounidense, Donald Trump, con "el jefe de uno de los gobiernos reaccionarios de la región, que siempre ha apoyado a los terroristas", en alusión a Arabia Saudtia.
"La reivindicación de Dáesh [acrónimo árabe de Estado Islámico] demuestra que están implicados", agregaron, prometiendo no dejar "nunca sin venganza la sangre de inocentes derramada".
Los atacantes que irrumpieron en el Parlamento iban disfrazados de mujeres, según el viceministro del Interior, Hossein Zolfagari.
Es la primera vez que ISIS, un grupo extremista sunita, reivindica atentados en Irán. "Combatientes del EI atacaron el mausoleo de Jomeini y la sede del parlamento en Teherán", señaló la agencia Amaq, el órgano de propaganda del grupo yihadista, mencionando dos atentados suicidas.
Según el ministerio de los servicios secretos, otro grupo de "terroristas" fue neutralizado en Teherán antes de pasar a la acción.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, afirmó que los atentados "reforzarán la determinación de los iraníes de luchar contra el terrorismo".
Tras los atentados, Rusia, aliado de Irán en Oriente Medio, condenó los ataques e instó a "coordinar la lucha antiterrorista".
"Estos actos de terrorismo merecen la más dura condena. Estos ataques ponen de relieve la necesidad de coordinar la lucha antiterrorista, sobre todo contra ISIS", declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Irán, junto a Rusia, apoya al régimen sirio en su lucha contra los grupos rebeldes y los yihadistas.
Damasco y Bagdad denunciaron estos ataques, así como Estados Unidos, Francia y Alemania.
Los últimos ataques en Teherán se remontan a los años 2000, perpetrados la mayoría de ellos por la organización armada de los Muyahidines del Pueblo.
Las fuerzas de seguridad iraníes han afirmado que en estos dos últimos años han desmantelado varias células de ISIS en Irán que preparaban atentados.
ISIS publicó en marzo un video en persa donde afirmaba que el grupo iba a "conquistar Irán y a devolverlo a la nación musulmana sunita", provocando un baño de sangre entre los chiitas.
Aunque regiones cercanas a las fronteras con Irak, Afganistán y Pakistán han sido atacadas por los grupos yihadistas, entre ellos ISIS, los grandes centros urbanos se habían mantenido al margen de estos atentados hasta ahora.