CIUDAD DE MÉXICO.- Con amables saludos, sin gritos ni zafarranchos, los partidos de izquierda y el PAN conminaron al nuevo secretario de Hacienda, José Antonio Meade, a corregir el rumbo de la economía nacional.
En un salón de sesiones, con apenas 300 de los 500 legisladores, Morena guardó sus pancartas, la estridencia, sus reclamos, olvidó hasta a Donald Trump, y escuchó la recomendación central del sucesor de Luis Videgaray, que les dijo:
"Hay que ayudar, echar agua fría a esa calentura térmica que estamos sintiendo".
Y es que –expuso desde la tribuna del Palacio Legislativo de San Lázaro– "hemos escuchado señales de alerta y haríamos muy mal en desoírlas", por lo que el Presupuesto de Egresos de 2017 debe regirse por tres principios básicos: "Realismo, equidad y responsabilidad".
"El bienestar de nuestra sociedad depende de las decisiones que adopten en esta asamblea soberana", les advirtió. "Hay que buscar consensos", insistió.
Aunque el diputado Alfredo del Mazo, del PRI, reclamó que "apostar por el fracaso de una administración, por el mal funcionamiento de nuestras instituciones, es apostar por el fracaso de México", la respuesta de la líder de la bancada de Morena, Rocío Nahle, fue dura, pero comedida:
"La educación, la buena norma y la práctica parlamentaria indican que este ejercicio se dé en buenos términos, pero la buena norma y la práctica parlamentaria no convencen a un pueblo indignado ante el desastre que enfrentamos. Porque ustedes ven el país desde las alturas, nosotros a ras de suelo", le argumentó.
Con sólo dos pequeñas y discretas cartulinas – ¡Con la devaluación no hay simulación! y ¡Los recursos para los ricos, los discursos para los pobres! casi al final de la sesión–, Meade Kuribreña mostró su control en la sesión y dio metódica respuesta al reclamo del diputado Germán Ralis, de MC, sobre los recortes al gasto de la Ciudad de México:
"Para poner en perspectiva, en 2017 la Ciudad de México habría recibido 30 mil millones de pesos más, acumuladas en participaciones y aportaciones federales, que las que recibió en 2012. Creo que una cifra como esa sí amerita sacarle una sonrisa a cualquier titular de un Ejecutivo local".
Con ello devolvió nuevamente la crítica del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, de que al titular de Hacienda le causó risa la entrega de un paquete económico con amplios recortes a la capital del país.