NOCHIXTLÁN.- "Nos recibieron a tiros", relata una policía federal retenida en Nochixtlán durante el enfrentamiento del 19 de junio junto con dos de sus compañeros. Al momento en que fue sorprendida, los civiles enfurecidos la golpearon, le quitaron su equipo, la patearon, le pegaron con palos, le dieron un machetazo en la pierna e, incluso, amenazaron con lincharla.
"Me rociaron de gasolina y amagaban con prenderme, no se tientan el corazón, no saben si eres mujer o eres hombre". Es el testimonio de la agente que la Policía Federal compartió con El Financiero.
Aún con heridas en todo el cuerpo, principalmente en la cabeza, donde le hicieron suturas, la mujer recuerda los hechos de violencia, que dejaron al menos ocho muertos y más de un centenar de heridos, en aquella población de poco más de 10 mil habitantes.
Con ella iban unos 30 elementos. Al escuchar los disparos, la policía, de quien por seguridad se omite su nombre, se tiró al piso. "Había humo y fuego frente a mí y fue cuando me jalaron y me empezaron a golpear", narra.
De 37 años y madre de dos hijos, la agente ya fue dada de alta de un hospital de la Ciudad de México, aunque recuerda aún con tristeza lo que le ocurrió a ella y a dos de sus compañeros.
Evoca aquellos "momento horribles", sobre todo cuando empezaron los disparos, primero al aire y luego directo a los policías. Explica que en un momento pensó en una situación fatal, por lo que se aferró a una imagen religiosa que tenía y rogó por su vida.
De acuerdo con la narrativa oficial de los hechos, aquel día se decidió realizar un operativo para desbloquear la autopista México-Oaxaca, a la altura de la población Asunción Nochixtlán.
Había transcurrido casi un mes de protestas de los integrantes de la Sección 22 de la CNTE, y siete de que se intensificaron los bloqueos carreteros que, para entonces, sumaban 37 en un día de mayor intensidad.
Nochixtlán es un punto estratégico, debido a que es el municipio por donde pasa la autopista que comunica a Oaxaca con otros estados, como Veracruz, Puebla, Estado de México y Ciudad de México.
Según las autoridades, en la acción participaron 400 elementos de la Policía Federal. También iban policías estatales. "Nuestra misión es no llevar armas a ningún operativo, sólo íbamos a abrir vialidades", asegura la agente.
Destaca que hacia el mediodía fue llevada a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, donde el párroco y sus colaboradores la cuidaron, le dieron atención médica y comida, pero los maestros insistían en sacarla para lincharla junto con sus compañeros.
Recuerda que fueron más de 24 horas las que estuvo retenida, siempre bajo la amenaza y el insulto de los maestros, a quienes llama a preocuparse por formar a las nuevas generaciones y no por estar tomando carreteras.
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