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¿Quiénes aquí ya hacen negocios con Texas?

Greg Abbott, gobernador de Texas, visitó México, promovió los negocios entre ambos países y dijo que en su estado los empresarios mexicanos encontrarán buen ambiente. 

Greg Abbott, gobernador de Texas está frente a mexicanos que le aplauden. Es mediodía de lunes en el salón Chapultepec del Hotel JW Marriott de Polanco. Un gobernador texano ya vino antes que él en visita oficial, fue Rick Perry, durante el ya lejano 2008, poco antes de la crisis global iniciada con la debacle de Lehman Brothers.

Ayer fue el día del actual gobernador de Texas, quien no habló de criminales transfronterizos, como en los meses recientes; tampoco tocó el asunto de su firma en la Ley HB11 –para que agentes locales apliquen leyes federales de migración–.

Escucharon su discurso en inglés unas 200 personas que comieron filete con espárragos.

Entre los comensales destacó la presencia del senador del PAN, Ernesto Cordero. También acudieron el expresidente Vicente Fox y Salomón Chertorivski, secretario de Desarrollo Económico del Gobierno del Distrito Federal, con quienes el representante texano compartió mesa.

A unos metros del templete, inclinaron la cabeza –en ánimo analítico– jefes de empresa como Federico Martínez Urmeneta, de Tradeco, y Carlos Morales Gil, el exdirector de Pemex Exploración y Producción, quien ahora trabaja en el proyecto energético de la familia Bailleres. Todos escucharon un sondeo improvisado.

"¿Quiénes aquí ya hacen negocios con Texas? ¡Levanten la mano!" Exigió Abbott a la audiencia. "Bien, son muchos. Me aseguraré de que la próxima vez sean todos", sentenció.

Queda claro. Abbott viene a promover negocios. Sí, atiende a la convocatoria de acercamiento de la cancillería mexicana: "Éste es un nuevo capítulo en la relación entre México y Texas", enfatiza.

Pero el discurso que escuchan los presentes es el de un hombre que quiere atraer inversiones.

"(Estos nuevos) capítulos tienen que ser más prósperos que los capítulos del pasado, debido a los emprendedores que se encuentran en este edificio", explica Abbott desde el templete.

Le escucha el organizador del encuentro, Eduardo Bravo, presidente de la Asociación de Empresarios Mexicanos en Estados Unidos, gremio que facilita la llegada de inversionistas al país vecino.

En Texas encontrarán un buen ambiente de negocios, les adelanta. "La razón por la cual Texas es próspero es porque cuando ustedes hacen negocios, Texas avanza". Aplausos.

El Gobernador va al punto: 

La expansión de las operaciones energéticas de México harán a Texas más próspero

Hay obstáculos, reconoce Abbott. "Pero lo importante no es qué tan grandes son estos, sino la estrategia para responder ante ellos", aclara.
Texas, por ejemplo, invirtió millones de dólares en infraestructura que facilitará el cruce legal de mercancía, detalla.

Ayer omitió que el estado también invertirá 800 millones de dólares para seguridad, lo que incluye centros de entrenamiento para tropas de vigilancia y la compra de un avión de 7.5 millones de dólares para recorrer y vigilar la frontera con México.

También dejó de lado el discurso que pronunció en junio durante la firma de la Ley HB11:

No podemos ser ingenuos ante la amenaza que representan los cárteles de las drogas y las bandas trasnacionales; y Texas no se cruzará de brazos mientras el gobierno federal falla en el cumplimiento de su deber al asegurar la frontera

Todos los comensales de hoy, por supuesto, deben estar fuera del universo referido.

Ni hablar de la demanda que un par de organizaciones civiles establecieron contra el gobierno de Abbott por contravenir –presuntamente– la Constitución estadounidense al negar certificados de nacimiento a hijos de indocumentados nacidos en Estados Unidos.

No. Hoy el asunto es sentirnos habitantes del mismo barrio. Por eso el gobernador saca a la luz un pequeño pero significativo detalle: es la primera vez que Texas cuenta con una primera dama hispana, su esposa Cecilia Phalen Abbott.

"Sus abuelos nacieron en Monterrey", informa el político durante su discurso. "¡Viva Monterrey!" le contesta un hombre que no alcanzó silla y le escucha desde el marco de la puerta de acceso al salón.

"Sí, viva Monterrey", revira Abbott. Registros de medios estadounidenses advierten que fueron Leonora y Agustín Segura quienes se establecieron en San Antonio antes de 1935.

Su hija, María de la Luz Segura, suegra del gobernador, nació ese año en esa misma ciudad, cuando de aplicarse las prácticas de las que le acusan hoy a la administración texana, ella quizá no habría obtenido su certificado, lo que habría complicado la coincidencia de la actual familia Abbott.

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