New York Times Syndicate

La ‘ambición del aguacate’ pone en peligro el refugio de las monarca

La creciente demanda por el aguacate en Estados Unidos ha generado que los productores deforesten tierras en torno a los bosques montañeses donde anidan las monarca.

Las verdes colinas volcánicas que se elevan por encima de Aputzio de Juárez han empezado a llenarse de enjambres de mariposas monarca, las cuales regresan cada año para el periodo de invierno de su célebre migración, ahora en peligro.

Pero colina abajo del hábitat montañés de las monarcas, en los bosques de robles y pinos que colindan con esta pequeña localidad agrícola, se asoma una nueva amenaza para su refugio invernal: los lucrativos aguacates que están siendo consumidos a niveles récord en Estados Unidos.

Alentados por la creciente demanda del fruto cremoso, los agricultores en Michoacán están despejando tierras para hacer espacio para huertos de aguacateros, derribando los robles y pinos que forman un amortiguador vital en torno a los bosques montañeses donde anidan las monarca.


"Es escandaloso lo que las personas están haciendo para cultivar aguacate", dijo Arturo Espinosa Maceda, quien durante años cultivó aguacates, duraznos y flores aves del paraíso en una granja unos 19 kilómetros al norte de Aputzio. "Pero es un meganegocio".

Aputzio se ubica en el extremo occidental de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, un área protegida de 54 mil 633 hectáreas donde las mariposas reposan sobre los árboles de oyamel, un pino nativo. La cantidad de las mariposas ha disminuido significativamente en los últimos años, conforme el algodoncillo declinaba en Estados Unidos y la deforestación afectaba a su hábitat mexicano. Cada año, los ambientalistas contienen el aliento para ver cuántas mariposas llegarán a México.

Omar Vidal, director general del Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF, por su sigla en inglés) en México, dijo que conservar el santuario de invierno es "fundamental para la sobrevivencia de la migración".

La deforestación "tiene que ser reducida a cero", dijo.

Pero el auge del aguacate pudiera complicar ese objetivo.

Los estadounidenses comieron un récord de 3.2 kilos de aguacate per cápita en 2015, el doble que en 2008, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Casi 80 por ciento de esos aguacates provino de Michoacán, el único estado mexicano autorizado para exportar el fruto a Estados Unidos por el departamento, que prohíbe los aguacates procedentes de otras regiones mexicanas por temor a las plagas. Michoacán duplicó sus exportaciones de aguacate en los últimos siete años a 698 mil 532 toneladas métricas, con valor de aproximadamente mil 500 millones de dólares.

La bonanza ha sido brutal para los bosques de robles y pinos de Michoacán, que crecen a alturas de entre mil 524 y 2 mil 134 metros, la misma altitud que los aguacateros. Entre 1974 y 2011, unas 44 mil 515 hectáreas de bosques en las tierras altas centrales de Michoacán fueron convertidas en huertos de aguacateros, según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Y la deforestación se está acelerando, dijeron expertos. Jaime Navía, presidente de GIRA, una organización sin fines de lucro basada en Michoacán que promueve el desarrollo rural sustentable, estimó que 26 mil 305 hectáreas, la mayoría de bosques, habían sido dedicadas al cultivo del aguacate desde ese estudio.

"El daño es irreversible", dijo.

Funcionarios han culpado a los productores que buscan un pretexto para convertir las tierras en huertos de aguacateros por el aumento en el número de incendios forestales en Michoacán este año. Pero expertos en silvicultura y agricultores dijeron que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente a menudo se hacía de la vista gorda ante los abusos. Funcionarios temen a intereses poderosos, dijeron, especialmente dado que el crimen organizado tiene vínculos con la industria, o los sobornos vuelven dóciles a los funcionarios.

"Las autoridades necesitan controlar esto", dijo Armando López Orduña, director general de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México.

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Para compensar la deforestación, la asociación ha plantado medio millón de árboles desde 2009 y espera plantar otro medio millón para 2018, afirmó.

Alrededor de Aputzio de Juárez, una localidad de mil 100 habitantes rodeada de campos de guayaba y maíz, las cicatrices en las laderas de las colinas y las áreas de árboles de aguacate jóvenes indican el avance del cultivo. Algunos han cultivado aguacates durante décadas. Pero, ahora, los agricultores de otras áreas están comprando tierras.

David Romero Hernández, un agricultor bajo y fornido que estaba cortando pasto en su nuevo huerto de aguacateros a orillas de Aputzio una mañana de octubre, dijo que las tierras habían estado cubiertas de robles y pinos. Pero el dueño taló los árboles hace un año y se las vendió.

Romero, de 51 años de edad, señaló a una colina talada por encima de su parcela. Esa área también estaba cubierta de bosques hasta hace unos cuantos meses, dijo. Luego un agricultor de otra localidad la compró.

"Es la ambición del aguacate", dijo.

En la población, los residentes dijeron que el aguacate había puesto dinero en los bolsillos vacíos. Los trabajadores ganan alrededor de 7.50 dólares al día por atender los huertos, y el doble de esa cantidad durante las cosechas. Un residente puede vender la cuarta parte de una hectárea a un cultivador de aguacates por unos 4 mil 300 dólares, más de lo que el vendedor ganaría típicamente en un año.

"La gente tiene más para gastar y eso nos impulsa a todos", dijo Fernando Bernal, un carnicero, mientras cortaba trozos de lomo de un cerdo.

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Pero como otros en Aputzio, a Bernal le preocupa el agua. El suministro de Aputzio proviene de manantiales alimentados por las colinas al este de la localidad. Los pinos y robles ayudan a que el agua se filtre en la tierra y llegue a los manantiales; los aguacateros, por otra parte, tienen raíces superficiales y consumen mucha de esa agua.

Si la gente sigue talando el bosque, "se nos agotará", dijo Bernal.

Y Aputzio no es la única comunidad con tanto en juego. Las colinas que se extienden al noreste recolectan agua para el enorme sistema acuífero Cutzamala que suministra a la sedienta capital mexicana, la Ciudad de México, a 161 kilómetros de distancia.

Incluso Romero, que alegremente atendía sus arbustos de aguacate en tierras anteriormente llenas de árboles poderosos, se entristece por la pérdida del bosque. Dijo que su localidad, Zicata de Morelos, depende del agua que proviene de las colinas cercanas a Aputzio.

"Así que todos nos veremos afectados", dijo Romero. "Pero la gente no piensa en el futuro".

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