Cuando el poder se conquista por los votos y no por las balas, es importante entender la condición humana.
No recuerdo momentos más exclusivos que aquellos cuando los tanques, con claveles en sus cañones, escoltaban la manifestación del pueblo.
Nadie, por más alto que haya sido el número de votos conseguidos a su favor, tiene derecho a incumplir las leyes.
Llegamos a la recta final y las lealtades están demostrando lo frágiles que son cuando se está tan cerca de obtener el poder.
El Presidente debe una explicación sobre a qué es lo que pretende cuando menciona la posibilidad de un golpe de Estado técnico.