Ayer, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo que los países del TLCAN "estamos lejos de llegar a un acuerdo en la renegociación de ese Tratado".
Pocas horas antes, en una conferencia de prensa en Washington, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo que estaba "cautelosamente optimista" respecto a la posibilidad de llegar pronto a un acuerdo.
Además, explicó que la propuesta automotriz de México contribuiría a llevar de vuelta empleos de nuestro país a Estados Unidos.
Más tardó en decir lo anterior Trudeau que en ser desmentido por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, señalando que México no aceptaría un acuerdo que implicara pérdida de empleos en nuestro país.
Total, que ahora, cada uno parece estar hablando de negociaciones diferentes.
¿Cuál es la realidad?
Una en la que hay un poco de verdad en todas las posiciones.
Le preciso.
1.- Tiene razón Robert Lighthizer. En diversos temas, no existe acuerdo entre los tres países que negocian. Lo que no afirma es que esa falta de acuerdo se debe mayormente a que él ha sido inflexible, y si no cambia sus posiciones, no habrá acuerdo en el corto plazo.
2.- Tiene razón Trudeau en decir que "hay un acuerdo sobre la mesa". Y éste podría ser 'vendido' por Trump a sus electores señalando que han corregido deficiencias del Tratado que está vigente. Y que, sí, eventualmente, podría ser atractivo para empresas de Estados Unidos regresar plantas a su país. Sólo que fue impertinente decirlo.
3.- Tiene razón el secretario Guajardo. México no firmará nunca un documento que no le sea conveniente. Sólo si es positivo para el país será considerado. Si no, hay la disposición de que no se llegue a ningún acuerdo en el corto plazo.
Las conversaciones y los trabajos siguen. Pero la realidad es que, si en el curso de la siguiente semana no hay un cambio sustancial en la posición de los estadounidenses, hay que considerar que no habrá Tratado sino hasta 2019, en caso de que se llegue a acuerdos.
Hace algunas semanas corrió la versión de que había diferencias entre Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, pues mientras el primero empujaba por un acuerdo a como diera lugar, el secretario de Economía lo condicionaba hasta que claramente fuera conveniente para el país.
No sé si hubo realmente diferencias, pero lo que es un hecho es que en este momento no hay tales.
Tal vez por eso el lenguaje insultante de Trump, que ya ameritó una queja por parte del gobierno mexicano.
En negociaciones como la que el país ha emprendido, todo puede pasar. Sin embargo, de no haber sorpresas, lo más probable es que este año ya no haya Tratado.
Los responsables del área comercial de cada uno de los candidatos deberían estar muy cerca del proceso y estudiar en detalle lo que sucede.
El equipo de Meade, evidentemente dejaría a los actuales negociadores; el de Anaya, quizás también. Pero AMLO ya nominó a su negociador, Jesús Seade.
Lo malo es que está viendo la negociación a distancia, literalmente, pues vive y trabaja en Hong Kong. A estas alturas debería estar muy cerca del proceso.
No vaya a ser que considere que, con las propuestas de AMLO como la búsqueda de la autosuficiencia alimentaria o la construcción de dos refinerías para tratar de no importar gasolinas, piense que algo como el TLCAN va a estar lejos de las prioridades del eventual nuevo gobierno. ¿Será?