La semana que hoy comienza podría ser determinante para el futuro económico de México, ya que, si no se logra en ella concretar un acuerdo en principio para el TLCAN, entonces probablemente la opción que reste sea sólo el llamado skinny NAFTA, cuyo contenido aún no está muy claro.
La semana pasada, Donald Trump colocó 'la espada de Damocles' sobre México y Canadá al pedir que se estudie un arancel de 25 por ciento para los vehículos importados, que afectaría severamente a toda la industria automotriz de Norteamérica.
Es obvio que fue una forma de presionar para que se concluyan rápidamente las negociaciones.
La economía mexicana podría enfrentar una situación compleja en el segundo semestre del año y en 2019, si se combinara una situación incierta para el TLCAN y un resultado electoral favorable a AMLO que dejaría serias dudas a la inversión.
Si se logra amarrar un acuerdo comercial aceptable, se quitará uno de los factores de incertidumbre y se dejará sólo como interrogante el tema electoral.
Entre los inversionistas, los fondos y expertos no hay una opinión uniforme respecto a las implicaciones económicas de un posible gobierno de AMLO.
Algunos suponen que el discurso de López Obrador, ya con un triunfo en la elección, se radicalizaría, y aun sin haber tomado posesión, probablemente generaría alarma en los mercados, por lo que muchos fondos preferirían abandonar sus posiciones en pesos, causando con ello una presión cambiaria que pudiera golpear de manera importante a nuestra moneda.
Otros sugieren que ante la probabilidad de que no tenga mayoría -al menos mayoría calificada- en la Cámara de Senadores, y con un Paquete Económico 2019 que tendrá que ser negociado con la actual administración, habría pocos cambios en la política económica del próximo año.
Incluso, hay inversionistas que me han sugerido que los mercados no sólo darían un compás de espera a AMLO, sino que, como sucede al principio de los gobiernos, le darían una especie de "bono democrático" si no emprende de entrada medidas radicales.
No sabemos bien a bien qué pueda pasar con el gobierno de un personaje tan controversial como López Obrador, pero lo que sí se sabe es que si la renegociación del TLCAN deja de ser un factor de incertidumbre, habrá más anclajes para la estabilidad.
Aquí la clave es que el gobierno de Donald Trump no pretenda imponer sus condiciones.
Tanto México como Canadá han dejado claro que esto no será aceptable.
Ahora la clave es que los poderes fácticos en Estados Unidos presionen lo suficiente a Trump para empujarlo al acuerdo.
Suficientes líos tendrá el gobierno norteamericano para entenderse con la próxima administración mexicana, para que este trabajo se haga aún más complejo con un TLCAN cuya renegociación haya quedado pendiente.
Por lo pronto, pareciera haber un ambiente de optimismo respecto a la posibilidad de sacar adelante el TLCAN en esta semana.
Demanda de justicia
En EL FINANCIERO no dejaremos de exigir a las autoridades de Nuevo León que se esclarezca el asesinato de nuestra colaboradora en Monterrey, Alicia Díaz, que no se debe sumar a la cuenta de los crímenes que terminan impunes, como lamentablemente sucede en miles de casos en el país.