El sexo, al parecer, no es tan bueno para vender.
En un análisis de 53 investigaciones en el que participaron cerca de ocho mil 500 participantes, académicos de la Universidad de Ohio examinaron la eficacia de sexo y violencia en la publicidad.
Los anuncios con contenido sexual o de violencia o que aparecen en programas con ese tipo de contenidos son menos eficaces que los temas neutros, según los resultados publicados por la revista académica Psychological Bulletin.
Los investigadores codificaron experimentos anteriores en los que los participantes informaron sobre qué tanto recordaban la marca, las actitudes hacia ésta, y sus intenciones de compra después de estar expuestos a televisión, películas, videojuegos y anuncios impresos.
Estudiaron tanto anuncios neutrales mostrados durante los programas sexuales o violentos, así como anuncios con contenido sexual y violento por sí mismos.
La programación de televisión violenta y sexual afecta la memoria de los espectadores ya que desvía la atención de la publicidad, señaló Brad Bushman, profesor de comunicación y psicología en la Universidad Estatal de Ohio y coautor del estudio.
"Nunca ayuda tener violencia o sexo en los comerciales", explicó Bushman. "O afecta o no tiene ningún efecto en absoluto".
El estudio concluyó que las marcas anunciadas en contextos violentos serán recordadas con menos frecuencia, evaluadas de manera menos favorable y los potenciales clientes serán menos propensos a comprarlas. También señala que la publicidad en programas con contenido sexual no es tan perjudicial, pero no parece ser una estrategia particularmente exitosa.
Bushman dijo que sus propias investigaciones previas no revelaron una diferencia significativa en cómo los hombres y las mujeres reaccionaban ante los diferentes tipos de publicidad, pero una recopilación más amplia de estudios mostró que la violencia y el sexo tuvieron un efecto mayor en los varones.
El estudio, coescrito por Robert B. Lull, un exinvestigador del estado de Ohio que ahora trabaja en la Universidad de Annenberg Public Policy Center de Pennsylvania, encontró que algunos anunciantes ya han adoptado estas conclusiones en sus estrategias.
Wal-Mart Stores Inc., la mayor cadena minorista del mundo, ha hecho su propia investigación que muestra que su publicidad resulta 18 por ciento más eficaz cuando se coloca en la programación familiar.