Mientras Elon Musk se apresura a terminar de construir la mayor fábrica de baterías del mundo en el desierto de Nevada, China se apresta a dejarlo mordiendo el polvo.
Las compañías chinas tienen planes para construir más fábricas con capacidad para bombear cerca de 160 gigawatts-hora al año en 2021, según un informe publicado este mes por Bloomberg Intelligence.
Es suficiente para abastecer de baterías a alrededor de dos millones de vehículos Tesla Modelo S, según Bloomberg New Energy Finance.
En comparación, cuando la Gigafactory de Tesla esté terminada en 2018 producirá anualmente hasta 35 gigavatios-hora de celdas de batería.
Las baterías de iones de litio se utilizan desde hace mucho tiempo en teléfonos inteligentes, ordenadores y otros aparatos electrónicos, pero la demanda explotará en los próximos cinco años a medida que proliferen los vehículos eléctricos y las compañías eléctricas instalen sistemas de almacenamiento gigantescos para suavizar las fluctuaciones de la energía eólica y solar.
Telsa produjo casi 84 mil vehículos en 2016 y ha dicho que planea fabricar 500 mil en 2018.
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Tesla podrá estar construyendo la fábrica más grande y ostentosa, pero el gobierno chino lanzó una iniciativa para aumentar la cuota de mercado dominante del país.
Aproximadamente el 55 por ciento de la producción mundial de baterías de iones de litio ya está en China, en comparación con el 10 por ciento en Estados Unidos. En 2021, la participación de China crecerá hasta 65 por ciento, según Bloomberg New Energy Finance.
Se prevé que la capacidad global de producción de baterías se duplicará en 2021 a 273 gigavatios-hora, frente a los 103 gigavatios-hora actuales. Una gran oportunidad, y China no quiere perderla.
"La Gigafactory anunciada hace tres años desencadenó una carrera armamentista global por las baterías", dijo Simon Moores, director ejecutivo de Benchmark Mineral Intelligence. "China está haciendo un gran avance."
Pero no hay que descartar a Tesla. La compañía, con sede en Palo Alto, California, planea anunciar hasta cuatro ubicaciones para nuevas fábricas a finales de 2017. (Está analizando al menos una en Shanghái.) Y hay pocas compañías de baterías chinas individuales, si las hay, que puedan igualar mano a mano la escala de la producción de Tesla.
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De todos modos, si bien China carece de un gigante dominante, lo compensa con una constelación de firmas más pequeñas, como Amperex, Tianjin Lishen Battery Joint-Stock y docenas de otras.
Este año, el gobierno chino anunció planes destinados a consolidar los fabricantes de baterías para contribuir a hacer madurar la industria. La iniciativa acompaña los planes de China de inundar las carreteras con cinco millones de vehículos eléctricos en 2020.
La ambición china de convertirse en el líder mundial en vehículos limpios deriva en parte de la presión para eliminar la contaminación de las calles de Baoding, Xingtai, Shijiazhuang y otras ciudades.
Hay una segunda razón: crear un mercado interno para los fabricantes chinos de baterías, dijo Logan Goldie-Scot, analista de Bloomberg New Energy Finance.
"El gobierno chino quiere estimular la creación de un mercado interno para establecer una base lo suficientemente grande y ganar un punto de apoyo", dijo Goldie-Scot. "A partir de ahí, pueden expandirse y vender globalmente".