Una fría y lluviosa velada fue lo que envolvió el concierto capitalino de la gira The End World Tour (El Final) de la banda de Birmingham. Los creadores del Heavy Metal se dieron cita en el Foro Sol con un lleno total, puro maniático del género de todas las edades, como se ha visto en todas las presentaciones que Black Sabbath ha dado desde principios de año en todo el mundo.
Una hora de buen hard rock fue el preámbulo del concierto, a cargo de la banda Rival Sons, en la que destacó el Jay Buchanan por su calidad vocal.
En seguida, el sonido de puertas y fuego anunció la entrada de tan esperada banda. Black Sabbath, la canción emblemática de su primer álbum, dio inicio a la sesión.
Los ingleses vinieron otra vez a dar una cátedra de metal, con un sonido limpio y cristalino. Ozzy sigue siendo el loco de siempre, con la misma voz que lo ha llevado a ser uno de los front men más importantes de la historia del rock.
El guitarrista Tony Iommy fue fuertemente ovacionado por los fans. Por algo Brian May, su par de Queen, lo nombro "el padre del riff y del Heavy Metal".
Entre los momentos más emocionantes de la noche destacaron el solo de bajo de Gezzer Butler -también considerado uno de los mejores en el género-, quien con el baterista Tommy Clufetos, que le inyecta juventud a Sabbath, ha amalgamado una base rítmica de apoteosis.
Aunque la gira se ha anunciado como una despedida, lo cierto es que los veteranos "padrinos del metal" demostraron que aún tienen mucho para entregar a los fans.