Su sabor remite al trópico, es aromático e intenso, y lo mismo marida con recetas saladas que con opciones dulces. Imprescindible en la cocina caribeña, el coco es más que un producto alimenticio. Su agua, pulpa y derivados tienen diferentes usos poco conocidos que ayudan a mejorar la salud de quien los consume.
Entre sus beneficios nutritivos, fortalece el sistema inmunológico, es fuente de energía, regula el nivel del colesterol y reduce los triglicéridos; es un poderoso rehidratante y estimula el sistema digestivo. Entre los aportes estéticos que ofrece se encuentran: combatir el envejecimiento, fortalecer cabello y uñas, al tiempo que hidrata la piel.
Además de su pulpa, lo que más se consume es su agua, pero actualmente existen en el mercado una diversidad de opciones como leche, aceite, mantequilla y harina de coco, que poco a poco se van popularizado por sus cualidades nutricionales, como lo explica Iñaki Saiz, director de A de Coco, empresa que se dedica a la producción y comercialización de productos derivados del fruto.
"Se tiene la percepción de que el aceite no era bueno para la salud, pero es el mejor para cocinar porque tiene un lento proceso de oxidación y reduce la liberación de radicales dañinos al organismo", comparte.
También se puede usar como producto de belleza porque si se unta, humecta la piel por la vitamina E que contiene. Además, es un potente desinfectante bucal, al tiempo que blanquea y abrillanta los dientes por sus propiedades antivirales, antibacteriales y antifúngicas. El oil pulling es un ejercicio de la terapia ayurvédica que consiste en pasear en la boca una cucharada de aceite de coco en ayunas; los médicos de terapias alternativas señalan que es auxiliar en combatir dolores de cabeza, úlceras, enfermedades estomacales e infecciones.
El agua de coco también aporta beneficios sustanciales al organismo. Es consumida por deportistas de alto rendimiento porque rehidrata mejor que el agua y que las bebidas energéticas, tiene poco aporte calórico y también ayuda a la digestión.
"Una porción de 250 mililitros aporta 42 kilocalorías tiene más potasio que el plátano y menos calorías que una manzana", menciona Saiz.
En lo que respecta a la mantequilla, está libre de aceites procesados y aporta un sabor diferente a la elaboración de postres, potenciando su sabor. La harina de coco es más pesada que la de trigo por su alto contenido en fibra, y es usada en mayor medida en la repostería. La leche es libre de lactosa, no tiene azúcar añadida y es de fácil digestión.
El coco es un fruto noble del que se aprovecha todo. Por ello, los procesos de producción de A de Coco están enfocados a exprimir todas sus posibilidades. Una vez que se extrae el agua, la pulpa se procesa para convertirla en leche, aceite, mantequilla, harina y coco rallado. Por si fuera poco, la corteza se convierte en energía.
"Nuestros productos tienen certificación orgánica, son obtenidos de manera ecológica: evitamos el uso de pesticidas, herbicidas y fertilizantes, con ello aseguramos que conserven sus propiedades naturales", sostiene Carlos Malcher, también director de A de Coco, quien además es miembro de la mesa directiva del Impulso Orgánico Mexicano.
A de Coco es una empresa pionera en la industria del fruto y posee 2 mil hectáreas de plantaciones en las costas del Pacífico Mexicano. La fábrica procesadora se encuentra en Cuyutlán, Colima, desde donde exporta a Estados Unidos, Colombia, Chile y recientemente Dubái. Sus productos se pueden encontrar en las tiendas de autoservicio.