La Tragedia y la Comedia, las dos esculturas de piedra que custodian la fachada del Cine Ópera, permanecen erguidas, testigos del angustioso ir y venir de los vecinos de la colonia San Rafael, tras una lluvia de piedras y cascajo que se desprendió del monumental edificio que se yergue como una sombra fantasmal, abandonado desde su cierre hace casi 20 años.
Los materiales cayeron sobre los inmuebles que están a un lado y atrás del edificio ubicado en el número 9 de la calle Serapio Rendón, en los predios 8 y 10 de la calle Miguel E. Schultz, y también en el Teatro Manolo Fábregas, ubicado a un edificio de distancia del cine.
Preocupados porque la estructura, que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) tiene bajo su custodia desde 2011, se viniera abajo, el pasado sábado los vecinos acudieron a la dirección de Protección Civil de la delegación Cuauhtémoc para que alguien fuera a revisarla. Al no tener respuesta alguna, cerraron la circulación durante una hora en la Avenida San Cosme, hasta que la demanda fue atendida.
"El Ópera a es un elefante blanco que se está desmoronando. Con los sismos y las lluvias se desprenden materiales", señaló Pilar Simbrón, coordinadora del Comité Ciudadano San Rafael, quien añadió que incluso se han metido a vivir allí indigentes que llegaron a ser violentos con la gente que pasaba, aunque al poco tiempo de denunciarlo se fueron a un albergue.
Poco después del sismo de magnitud 6.1 registrado ese día comenzaron a caer piedras en la estancia infantil Casa de las Mercedes. La casa hogar está justo a espaldas del Cine Ópera. "Se desalojó a 49 niñas de ahí porque les cayó una de gran tamaño", afirmó Simbrón.
Ayer, alrededor de las 12:00 horas llegaron al lugar la directora de Protección Civil de la Delegación Cuauhtémoc, Cynthia Murrieta Moreno, y Juan Carlos Pérez, quien se identificó como personal de Protección Civil del INBA, y aseguró a los vecinos -quienes a través de redes sociales comenzaban a demandar la demolición del recinto-, que
la estructura no representa riesgo.
"Se cayeron algunas piedras en la parte de atrás, pero no hay derrumbe, se va poner un tapial para que no vuelva a ocurrir", prometió tras afirmar que la instancia responsable de realizar estos trabajos es la Dirección de Arquitectura del INBA.
Tras el sismo de 1985, el Cine Ópera cerró sus puertas y, después de una restauración, las reabrió como foro para conciertos en 1993. La presentación de la banda británica Bauhaus marcó el cierre definitivo del inmueble, en 1998, después de que -de acuerdo con las crónicas- se cimbrara fuertemente durante el espectáculo. El edificio permaneció abandonado, y fue otorgado por el Instituto de Administación y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN) en custodia al INBA en 2011.
Murrieta dijo que será el INBA el encargado de realizar el dictamen, en el que se diagnosticará la situación del inmueble, el cual le será entregado el miércoles entrante.
"En este momento no es necesario el desalojo, vamos a ver lo del tapial para que nadie corra riesgo", informó.
Alerta Roja
Además de la revisión realizada por el INBA, un equipo de ingenieros del Tec de Monterrey, Campus Puebla, entró al cine el pasado sábado y comprobó que sí tiene riesgos, aseguró a este diario Jesús González, miembro del comité vecinal, quien ingresó con ellos.
"Los ingenieros del Tec nos dijeron que el cine tiene alerta roja, que nadie debe estar ahí, por eso nos preocupamos. Atrás viven 20 familias en un edificio y en otro 22 más. No es un síndrome postraumático, sí hay evidencia de que es un peligro", agrega Rosario Moreno, quien habita en la calle Miguel E. Schultz.
"Los mismos vigilantes temen por sus vidas porque confirmaron que se están desmoronando algunas estructuras", comenta Jesús González. "No podemos permitir que el abandono represente un riesgo".
En un video en poder de El Financiero, realizado el sábado por la tarde, se aprecia que el inmueble tiene el techo dañado y no hay butaquería. Algunas paredes lucen derruidas.
Desde 2013, el INBA cuenta con un anteproyecto de rehabilitación del inmueble para convertirlo en un centro de artes escénicas, incluso se han destinado recursos públicos para su reactivación. El despacho Moyao Arquitectos recibió ese año 5 millones 100 mil pesos, según el portal de Obligaciones de Transparencia para realizar el poryecto que reanimara la actividad cultural en el recinto, pero nada de eso ha sucedido.
De acuerdo con el acta de recepción y entrega del inmueble, el INBA asumió, además de la obligación de la custodia, la de rehabilitarlo, algo en lo que, señala el promotor cultural Arturo Saucedo, ha incumplido.
"¿Qué pasó con el rescate anunciado en 2013? Ya pasaron cuatro años y no sabemos nada. Maraki es la Secretaria de Cultura, nos debe una explicación".