Emilio Fernández afirmaba que sirvió como modelo para la creación de la estatuilla del Oscar. Irónicamente, él nunca fue nominado para ganarlo.
Solamente cuatro mexicanos se han llevado el codiciado premio a casa.
La Academia, que celebra su entrega 86 el próximo domingo, no ha avalado esta historia y los primeros años de 'El Indio' Fernández en la meca del cine están rodeados de mitos, leyendas y contradicciones.
El futuro director fue arrestado por apoyar a Adolfo de la Huerta en su rebelión fallida contra Álvaro Obregón. Luego escapó a Estados Unidos a mediados de los veinte.
No se sabe exactamente cómo ingresó a Hollywood, pero El Indio contaba muchas versiones, algunas tan fantásticas que pareciera que Woody Allen y Robert Zemeckis se inspiraron en él para hacer Zelig y Forrest Gump, respectivamente.
Un día, según publicó Los Angeles Times tras su muerte en 1986, mientras limpiaba las mesas de la filmación de "El Ladrón de Bagdad" (1924), los trabajadores le preguntaron si tenía ideas para una secuencia de entrada. El Indio les dibujó tres escenas sencillas en un pedazo de papel, las cuales funcionaron. Al día siguiente ya era parte de esta industria. Lo que sí está comprobado, es que al poco tiempo de su llegada a Los Ángeles, ya trabajaba como extra o bailarín en varios filmes, algunos protagonizados por Dolores del Río, con quien forjó una estrecha amistad (a quien dirigiría años más tarde) e inició el mito de la estatuilla.
La actriz estaba casada con Cedric Gibbons, director de arte de la Metro Goldwyn Mayer y uno de los 36 miembros fundadores de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas en 1927. Gibbons fue encomendado para diseñar la pieza para la primera entrega de premios que se realizaría en mayo de 1929, y como necesitaba un modelo, le pidió a El Indio, quien tenía buen cuerpo por la natación y el baile, que posara desnudo para hacer un boceto.
Lo que sí está documentado es que el director de arte entregó un dibujo al escultor George Stanley para que creara la estatuilla.
"Es en realidad un mito que el propio Indio urdió", dice el investigador de cine mexicano Rafael Aviña. "Emilio Fernández, al igual que Orson Welles, era mitómano, inventaba muchas cosas, algunas inspiradas en hechos reales, pero hasta el momento no hay nada que compruebe que esta estatuilla estuviera basada en el cuerpo de El Indio.
Emilio Fernández tuvo papeles pequeños en Hollywood y regresó al país a mediados de los años treinta, cuando Lázaro Cárdenas otorgó la amnistía a los delahuertistas. Ya en México, se desarrolló como uno de los más grandes actores y, sobretodo, directores del cine nacional, caracterizado por un mexicanismo exacerbado, notorio en Bugambilia y María Candelaria, con Dolores del Río o en Enamorada y Río Escondido, con María Félix.
Pero a pesar de ser reconocido en Europa y de tener buenas conexiones en Estados Unidos (se sabe que hasta Marilyn Monroe asistió a las fiestas que organizaba en su casa de Coyoacán) en la meca del cine simplemente no tuvo éxito.
"Para Hollywood, El Indio era más bien un personaje exótico, hacía pequeños papelitos del típico mexicano malo, indio o revolucionario, pero nada más", contó el escritor de Orson Welles en Acapulco.
El actor y director logró construir un mito alrededor de él mismo: dijo, por ejemplo, que salió con Greta Garbo; que fue íntimo amigo de Rodolfo Valentino y que fue el modelo de Gibbons para la estatuilla de 34 centímetros de alto bañada en oro. Esta leyenda, verdad o fantasía, hace presente a México en una entrega de premios en la que, prácticamente, ha sido ignorado.
El Indio Fernandez inspiró el diseño del Oscar; Rafael Aviña dice que es un mito
Cedric Gibbons, director de arte de la MGM, dio un dibujo al diseñador de la estatuilla, George Stanley.