El jazz inunda el DF y como nunca antes se extiende por el país. Hoy, la escena para escuchar a buenos músicos cuenta con más de 100 establecimientos en donde el género sincopado se programa en vivo cuando menos una vez por semana, de acuerdo con Antonio Malacara, quien elabora el Atlas físico y conceptual del jazz en México, de próxima aparición.
Hace unos años habría sido impensable que un bar como el Pata Negra, en la Condesa, dedicara noches de lunes a programar sesiones de altísimo nivel, sin cover, atrayendo a jóvenes curiosos y también a los jazzófilos que llegan a abarrotar el lugar, al grado de quedarse fuera para escuchar una jam session con músicos de México y Nueva York.
Tan solo en 2013, se editó medio centenar de discos, calcula Edgardo Aguilar, propietario de El Convite –espacio con 15 años de historia, en Portales- y del aledaño Foro 81. "Es inédito, cuando más se ha producido jazz en México", dice el promotor, si bien -acota-, la salida de estos materiales aún se limita por lo general a un circuito que abarca ventas por internet, en conciertos o en los clubes.
"Cada semana hay nuevos discos, esto es impactante porque hubo años que se editaban uno, dos o tres al año", apunta Malacara.
Aunque los músicos y melómanos son "una enorme minoría", esta escena todavía underground continúa un crecimiento ininterrumpido en el que la vasta oferta mantiene la calidad en espacios menos numerosos, que permiten una escucha comme il faut.
El Barítono, en Satélite, el Polak Forum, en Anzures y el Blue Monk en la Cuahutémoc, cerraron por distintas razones hace menos de un año; pero los que se mantienen son más que los que había en la primera mitad de los noventa, cuando las opciones eran el legendario Arcano –que cerró en 1996- o el aún vivo New Orleans.
La oferta ha dado lugar a la primera Unión de Clubes de Jazz de México, que surgió hace un año con el fin de orquestar una propuesta local para la celebración del Día Internacional del Jazz, iniciativa de la Unesco que se festeja hoy en 140 países, por tercer año consecutivo.
Para 2014, el organismo independiente contó ocho clubes en la ciudad, aunque este listado no agota los que existen -ni los espacios institucionales o auditorios. Entraron sólo aquellos que -explican en entrevista Edgardo Aguilar y Pepe Fernández, propietario de The Jazz Base-, los agremiados consideraron proveen las condiciones acústicas y técnicas necesarias para un buen desempeño del músico y una buena audición, y que además sostienen, de manera permanente, una propuesta de calidad que apoya producciones originales.
Estos son el Zinco Jazz Club, Filmclub Café, Las Musas de Papá Sibarita, el Jazzorca, el Pizza Jazz Café y, por supuesto, The Jazz Base, El Convite y el Foro 81 -aunque Malacara contabiliza 11.
LA PIZZA Y EL JAZZISTA
A pesar de la bonanza, sigue vigente aquella adivinanza que al saxofonista Branford Marsalis tanto gusta arojar: "¿Cuál es la diferencia entre una pizza grande y un músico de jazz? Que la pizza puede alimentar a una familia de cuatro".
Triste pero cierto en muchos casos, incluso en los establecimientos especializados los artistas deben conformarse con cobrar los covers. Pocos establecimientos les dan la garantía mínima de 500 pesos –algunos incluso les ofrecen 300- en caso de que lo reunido por localidades vendidas sea inferior.
El problema para los músicos es que, además de ensayar y producir, deben encargarse de difudir sus presentaciones, cuando muchos de ellos tocan diario en diversos sitios. Curiosamente, hace unos 15 años esta posibilidad de tocar en diversos sitios era imposible. "Si tocabas en uno, no podías tocar en el otro", recuerda Aguilar.
No es la primera vez que México vive lo que se ha dado en llamar una cresta de ola en el ámbito jazzístico. "La primera fue a fines de los 50, cuando el rock arrasó con el jazz", recuerda Malacara, y después la represión del regente Ernesto P. Uruchurtu acabó con ambos. "Hubo otra gigantesca a fines de los 70, cuando sonaba Sacbé", recuerda el autor de Sub versión de los hechos. 200 bandas de jazz. "Pero esto ya no es una cresta de ola, ya duró demasiado; esto ya es una realidad cultural que en 5 o 10 años va a ser un boom".
Para Octavio Echávarri, promotor y locutor de Horizonte 107.9, parte de lo que detonó el escenario actual se debe al productor Edmundo Navas, quien en la última etapa de la disquera Opción Sónica, hacia fines de los 90, apostó por editar discos de jazz con nuevos talentos mexicanos, como Iraida Noriega y Magos Herrera. "Pienso que eso fue lo que prendió la mecha para lo que se está viviendo ahora". Lo que sigue, considera, es profesionalizar el manejo de los músicos.
Magos Herrera destaca la gran cantidad de talentos jóvenes que revolucionan la escena abrevando de las influencias que permite la globalización, además de que hay más escuelas de jazz -en DF se imparten dos licenciaturas. "Pero hay que cuadriplicar lo que se está haciendo y dejar de subestimar al público mexicano, pensar que no está listo para esto".
¿DÓNDE FESTEJAR EL DÍA INTERNACIONAL DEL JAZZ?
¿Qué? Héctor Infanzón
¿Dónde? El Convite, Ajusco 79 bis, Portales Sur, DF
Hora: 21:00
Localidad: $100
¿Qué? Calacas Jazz Band
¿Dónde? The Jazz Base, Patriotismo 133, esq. Calle 21, DF
Hora: 21:00
Localidad: $100
¿Qué? Chilangos de la Habana
¿Dónde? Zinco Jazz Club, Motolinia 20, Cuauhtémoc, Centro Histórico, DF
Hora: 21:00
Localidad: $100
¿Qué? Miguel Alzerreka Ensamble
¿Dónde? Centro Cultural de España, República de Guatemala 18, Cuauhtémoc, Centro Histórico, DF
Hora: 22:00
Localidad: Entrada Libre
¿Qué? Beatriz Torres y Bindu Gross
¿Dónde? Las musas de Papá Sibarita, Orizaba 203, Cuauhtémoc, DF
Hora: 20:00
Localidad: $100
¿Qué? Israel Cupich Cuarteto
¿Dónde? Film Club Café, Manuel Ávila Camacho, Naucalpan, Estado de México
Hora: 21:00
Localidad: $80
¿Qué? Daniel Wong & Friends
¿Dónde? Lunario, Paseo de la Reforma 50, Bosque de Chapultepec, DF
Hora: 21:00
Localidad: $250 a $350Para festejar el Día Internacional del Jazz