Como ha dicho el historiador Hans Mommsen: "Norman Ohler se ocupa de una dimensión hasta ahora insuficientemente conocida del régimen nazi: la importancia del uso creciente de drogas en la sociedad nacionalsocialista".
Ohler no sólo profundiza en la drogadicción de Adolf Hitler, a quien su médico personal mantenía activo dándole hasta 74 estimulantes distintos, sino en la difusión del uso de metanfetamina entre la población alemana.
Aquí el fragmento:
Metanfetamina: la droga del pueblo (1933-1938)
El nacionalsocialismo fue, literalmente, tóxico. Dejó al mundo un legado químico que hoy sigue afectándonos, un veneno que tardará en desaparecer. Aunque los nazis se las dieran de sanos y llevaran a cabo, con pompa propagandística y penas draconianas, una política antidroga ideológicamente bien apuntalada, durante el gobierno de Hitler hubo una sustancia especialmente pérfida, especialmente potente y especialmente adictiva que se convirtió en un producto de consumo popular...
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