Gabriela Cámara amplió su formación en Historia del arte hacia la gastronomía y tuvo el tino de abrir uno de los restaurantes más prestigiados de los años recientes en México con su grupo Contramar, que acaba de inaugurar su primer espacio fuera de México: Cala, en el corazón de San Francisco, California.
Cuenta que se hizo restaurantera casi por casualidad, pero que desde siempre le gustó la cocina. Es algo que aprendió en casa, gracias a su familia materna que es italiana y la paterna mexicana, de Campeche. "Creo que para tener gusto por la comida tiene que ser un poco aventurero, experimentar tanto en el gusto como en la preparación", comparte quien cuando aún no terminaba la carrera, abrió con un grupo de amigos el restaurante Contramar en la colonia Condesa, donde preparaban recetas muy sencillas que destacaron por la calidad de sus ingredientes.
Esa misma calidad define la cocina de Cala, que abrió en octubre pasado y en pocos meses se ha consolidado como uno de los favoritos entre los comensales californianos. Finalista de la entrega número 26 del James Beard Foundation Awards, reconocimiento que se otorga anualmente para reconocer al mejor restaurante y chef de Estados Unidos, lleva un pedacito de México más allá de sus fronteras.
No haber estudiado gastronomía no fue impedimento para que Gabriela Cámara haya destacado en el mundo restaurantero, primero con Contramar, ahora con Cala.
Gabriela Cámara aprendió sobre la marcha, primero en la operación de restaurantes y de manera natural en su cocina. "No es que me haya propuesto ser la mejor chef del mundo ni haya pretendido tener el mejor restaurante, pero con mucho empeño, con mucha idea de lo que creo que le puede gustar a la gente, abrimos Contramar hace 18 años, que fue un parteaguas en su momento, cuando tener materia prima de primera calidad en pescados y mariscos era una cosa rara en general".
Hace casi dos décadas decidió no hacer una maestría en Arte contemporáneo como había planeado y dedicarse de lleno a la gastronomía. Abrió otros restaurantes, entre ellos Merotoro, Barracuda y Capicúa. "Nunca me ha parecido atractivo hacer una cadena de restaurantes, sino buscar rutas de experimentación, de manejo de producto, trabajar con más productores, con cooperativas de pescadores y cada vez más directamente con los campesinos; la parte de la sustentabilidad me parece muy importante", señala quien introdujo a México el concepto farm to table (de la granja a la mesa, lo más fresco posible).
Esos mismos valores ofrece en Cala, donde sirve alimentos del mar con sabor nacional. "La comida mexicana tiene cada vez más valor internacional, es de las gastronomías más complejas y ricas del mundo. Tenemos una carta pequeña, de pescados y mariscos basada en el menú de Contramar, pero con los ingredientes locales, sin alterar las recetas, no le bajamos ni al picor, creo que ese ha sido el secreto del éxito. Les impresiona que la cocina mexicana pueda ser tan sofisticada y tan simple al mismo tiempo", afirma Cámara.