Es el partido más importante de la temporada, el que desata pasiones y tiene efectos devastadores en los vencidos. Esta vez no será la excepción, América y Guadalajara se jugarán mañana buena parte de sus opciones de calificar a la liguilla en el partido que se llevará a cabo en el Estadio Omnilife.
Capitalinos y tapatíos tienen 17 puntos para ubicarse en el límite de la zona de calificación en el séptimo y octavo lugar de la clasificación, respectivamente. El triunfo resulta vital para los acérrimos rivales si quieren rescatar su mediocre temporada.
Desde luego los hombres que serán más vigilados, además de los potenciales vándalos en las gradas, serán los técnicos José Luis Real y el argentino Antonio Mohamed que definitivamente no han cumplido con las expectativas de los fanáticos.
Después de perder millones de dólares en la fallida asesoría del holandés Johan Cruyff, el empresario Jorge Vergara decidió confiar las riendas del equipo a José Luis Real, con la esperanza de que repitiera su buena campaña del 2011 cuando llegó al Rebaño Sagrado hasta el liderato general.
La intención era buena, los refuerzos experimentados (Jair Pereira, Israel Castro), pero el equipo rojiblanco ha tenido una campaña discreta con cuatro triunfos, cinco empates y tres derrotas.
En el caso de América, la directiva tuvo que buscar un sustituto para Miguel Herrera y se decidió por el argentino Antonio Mohamed con la esperanza de que tuviera una gestión como la que llevó al título a Xolos de Tijuana en el Torneo Apertura 2012.
Mohamed recibió una buena base de un equipo que llegó a dos finales con Miguel Herrera, se llevó al central paraguayo Pablo Aguilar para reforzar la línea más débil del conjunto americanista, pero después de 12 jornadas simplemente no se ve la química entre el argentino y sus jugadores.
Los números del América no son malos, tiene cinco triunfos, dos empates y cinco derrotas, pero la forma de jugar no se aproxima al estilo de juego que llegó a desarrollar Águilas con el Piojo Herrera.
José Luis Real y Antonio Mohamed deben ser los más conscientes de que su cabeza estará en juego. No sería la primera vez que un técnico de prestigio pierde su puesto por fallar en el clásico nacional.
El argentino Ricardo Antonio Lavolpe apenas duró tres partidos en la banca del América y salió del Nido de Coapa después de ser masacrado 5-0 por Chivas en el Torneo de Invierno 1996.
Perder el clásico fue el principio del fin para los últimos técnicos del Guadalajara. Benjamín Galindo, Fernando Quirarte y Juan Carlos Ortega. Con Jorge Vergara en el palco todo es posible, eso lo debe tener bien claro José Luis Real si quiere completar la temporada con las Chivas.