Este domingo 1 de febrero se juega el Super Bowl XLIX en el estadio de la Universidad de Phoenix, en Arizona, entre los actuales campeones, los Halcones Marinos de Seattle, y los Patriotas de Nueva Inglaterra.
El gran juego del domingo se considera como el evento más lucrativo en términos económicos y financieros.
Las mas recientes estimaciones apuntan a que la ciudad de Phoenix tendrá una derrama estimada en 500 millones de dólares, superior a la inversión de 30 millones de dólares realizada por el gobierno estatal y los patrocinadores para organizar el evento.
Se anticipa un flujo extraordinario de visitantes que superará las 100 mil personas y se espera que el evento sea visto, sólo en Estados Unidos, por más de 114 millones.
Pareciera muy irrelevante este punto, pero es de los más importantes y es que antes de que se sepan los campeones de las ligas Nacional y Americana, ya se conoce la ciudad sede y el estadio en el que jugaran.
De hecho, ya están calendarizados los siguientes cuatro Super Bowl.
Esto ha llevado a replantearse la necesidad de construir nuevos estadios más funcionales y más modernos, por lo consiguiente cuestan más. Para este año, la sede es el Estadio de la Universidad de Phoenix, que tuvo un costo de construcción de 455 millones de dólares y fue inaugurado en el 2006.
El precio de la construcción de este recinto es relativamente bajo en comparación con algunos otros que fueron o serán sede de este evento que para su construcción ya superaron los mil millones de dólares, muestra de ello es el de San Francisco con un valor de mil 300 millones de dólares y que para 2016 será sede del tazón.
Un edificio más funcional y moderno requiere de mayores gastos de mantenimiento, para lo cual se recurre a la llamada "venta de los derechos de nombre", esto es, para que un estadio lleve el nombre de una empresa.
La Universidad de Phoenix, la institución privada más grande de los Estados Unidos, es propiedad de Apollo Group, un grupo educativo que tiene su sede en Phoenix, Arizona y posee varios campus que se extienden incluso a México.
Esta empresa tiene un patrocino para el estadio de 20 años y paga 7.7 millones de dólares al año. Entre los más importantes están los obtenidos por el estadio AT&T de los Vaqueros de Dallas que se estima hasta los 19 millones al año y el de MetLife en Nueva York que se estima paga hasta 18 millones.
La inversión de los equipos se refleja en la calidad de sus jugadores y en los resultados que estos brinda.
En esta ocasión, ambos equipos están entre las 10 mayores nóminas de la NFL.
Patriotas es la segunda mayor con pagos que superan los 152 millones de dólares y los Halcones Marinos es la novena más grande con casi 142 millones.
Sin embargo, esto no queda aquí, ya que el camino hacia el Super Bowl también tiene su recompensa financiera. Por ser campeones divisionales reciben 24 mil dólares, por el campeonato de la conferencia otros 44 mil y por ser campeones de este último partido otros 97 mil dólares.
El que pierda tendrá 49 mil dólares. Estos montos son por jugador de cada equipo, independientemente de su sueldo.
La venta de boletos se ha convertido en una entrada importante de recursos para los organizadores, de hecho, en taquilla se tuvo un aumento de casi 27 por ciento en el precio máximo de los boletos, en tanto que el precio mínimo se mantuvo en 800 dólares.
Sin embargo, se venderán menos, ya que el Estadio de la Universidad de Phoenix tiene capacidad para 72 mil espectadores, por debajo de los 82 mil 500 del Super Bowl anterior en el MetLife Stadium.
El primer Super Bowl los boletos costaban seis dólares como mínimo y 12 máximo. La venta de boletos en taquilla ha tenido un encarecimiento que llevó el precio de estos a casi dos mil dólares como máximo.
Mientras en la década de los 70 tuvo un crecimiento de solo 9.8 por ciento promedio anual, en los últimos 10 años -2005 a 2015- tuvo un encarecimiento de 11.6 por ciento, también promedio anual.
En los últimos días a sido notorio el aumento casi exponencial en el precio de los boletos para este evento y es que en algunos casos ya se habla de precios que son históricamente elevados.
De hecho, hasta el viernes el precio promedio era de 9 mil 500 dólares, un aumento de casi 260 por ciento frente a lo registrado un año antes.
Para dimensionarlo, el precio de los boletos ya alcanza los 138 mil pesos en promedio, contra los 33 mil del año anterior.
Para esta edición se ha registrado una situación atípica: mientras en la medida que se acerca la fecha de este evento, el precio ha ido en aumento, contrario a lo observado en años anteriores en las que el precio bajaba previo a la realización del juego. Los ganadores sin duda son los brokers de boletos que los comercializan hasta casi 30 mil dólares por boleto.
Este es uno de los eventos que más audiencia tiene, muestra de ello es que se estima que para este año en Estados Unidos alcanzará un nuevo máximo de televidentes, de más de 114 millones de personas, y a nivel mundial se alcanzara los 135 millones.
Si se compara con las cifras del reciente mundial de futbol en Brasil, ese evento superó los 500 millones de expectadores a nivel mundial.
Sin embargo, esto no es limitante para el gasto que se va a hacer para ver este partido. Se estima que sólo en EU se consumirán 325.5 millones de galones de cerveza, se prepararán cerca de 1.2 mil millones de alitas y se consumirán más de 100 millones de libras de carne de pollo. En total, se espera una derrama de 14.3 mil millones de dólares por compra de alimentos, ropa y mercancías de este evento.
Para este año el precio de los 30 segundos de comerciales durante el partido alcanzará el máximo de cuatro millones 500 mil dólares, esto independientemente de la realización del comercial que también representa un gasto en millones de dólares.
Desde 1995 el precio de los comerciales ha superado el millón de dólares. Uno de los atractivos que llevó a este crecimiento es el número de televidentes.
Los spots comerciales se caracterizan por ser novedosos, originales y sólo se pasan en este evento.
De hecho, para este año ya hay sitios en internet que garantizan ver los comerciales sin ver el partido. Pese al aumento observado, la NBC – cadena que transmitirá el Super Bowl- ya había vendido el 95 por ciento del espacio publicitario hasta el 7 de enero, por lo que no se descarta que para esta fecha ya este cubierto en su totalidad.