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Infanzón, 40 años de trayectoria artística

El pianista y compositor festeja cuatro décadas en la música con una serie de conciertos, estrenos y el lanzamiento de un disco para para clavecín.

Con un viaje de vuelta a las primeras sonoridades que llenaron su mundo musical, Héctor Infanzón celebra 40 años de trayectoria artística.
Para festejarse, estrenará su Concierto para vibráfono -el primer instrumento que conoció en su infancia- y lanza su más reciente disco, en el que no es el piano el terreno de sus invenciones, sino el clavecín.

"La improvisación en el Barroco era muy común, lo que se llamaba bajo cifrado. El instrumentista seguía la armonía y tenía que rellenar por encima improvisando, de ahí toda la ornamentación. Esa práctica se perdió después con el clasicismo, en el que las cadencias se escribían para los conciertos", explica el compositor.

Con cuatro siglos de diferencia, el jazz retoma esta forma de interpretación. "Es de donde toma fuerza, gracias a la habilidad del ejecutante para deambular por armonías y melodías, aunque desde el punto de vista estilístico toma otros ritmos. Se sabe que en la antigüedad los intérpretes se retaban, el público iba a ver cómo resolvían los duelos, y lo que le gusta mucho al público de jazz es atestiguar cómo los solistas pueden desarrollar un tema y llevarlo hasta formas ilimitadas; esa es la parte interesante que aportó el género en
el siglo XX".

Que Infanzón se lanzara a improvisar en el clavecín fue fortuito. Cuenta que hace cinco años, tras una sesión de estudio para grabar El devenir de la noche -un álbum en el que aparecen el Cuarteto Latinoamericano, el pianista Alberto Cruzprieto, Tambuco Ensamble de percusiones y el contabajista Víctor Flores, entre otros-, se sentó frente al teclado que minutos antes había tocado la clavecinista Eunice Padilla y, como jugando, dedicó un par de horas a recrearse.

EN VIVO
5 de octubre: Festival de Música Contemporánea Visiones Sonoras, en Morelia.
8 de octubre: Máscara contra cabellera, a dos pianos con Alberto Cruz Prieto, en Metepec.
23 de octubre: Con su cuarteto, Puerta de los leones del bosque de Chapultepec.
4 de noviembre: Citadino orquesta, Teatro de la Ciudad Esperanza Iris
2 de diciembre: Gala Nocturnando, en Cuernavaca.
3 y 4 de diciembre: Estreno: Concierto para vibráfono y orquesta
con la OFUNAM, Sala Nezahualcóyotl.

"Dejé salir la herencia de lo que he escuchado y lo que el instrumento ha vivido desde tiempos inmemoriales", comparte. El ingeniero Álvaro Chávez registró aquellos divertimentos que ahora aparecen en el disco Arrebatos, integrado por 12 piezas. Esta entrega precede a la reedición de toda su discografía en mp3 bajo el título Rememorando ando, que saldrá al mercado próximamente, como parte de su aniversario.

EXPERIMENTACIÓN ELECTROACÚSTICA
También en este contexto ofrecerá una serie de conciertos que incluyen una intervención sonora con sampleos -que él mismo grabó- e improvisaciones en directo, en el festival de música contemporánea que organiza Rodrigo Sigal en Morelia (5 de octubre), una función de Citadino, su show con orquesta en el Teatro de la Ciudad, en noviembre, y una gala en Cuernavaca, que ha llamado Nocturnando al mes siguiente.

VUELTA A LA INFANCIA
El 3 y 4 de diciembre, la OFUNAM estrenará su Concierto para vibráfono y orquesta, en el que participará como solista Ricardo Gallardo, el director de Tambuco. Es la primera pieza de este tipo que se escribe en México y el saldo de la deuda que Infanzón tenía con el instrumento que le inspiró a dedicarse a la música.

"Fue uno de mis primeros instrumentos. En casa mi papá tenía uno y nos dejaba tocarlo. Le debía un concierto. Él es de esos músicos talentosos que agarraba un instrumento y a los dos minutos ya lo estaba tocando; una flauta, un arpa, violín...", recuerda.

Carlos Infanzón cumplió 90 años el pasado 27 de septiembre. Padre de siete hijos, más le valía encontrar una forma de entretenerlos en casa y, al mismo tiempo, dedicarse a su pasión: la música.

"Tuvo éxito con una sonora que se llamaba Sensación Caney en la década de 1960; influyó muchísimo a la Santanera, Carlos Colorado incluso iba a verlos cuando ensayaban. Invitó a mi papá, pero él no quiso entrar a la Sonora Santanera. Vivía de eso, parcialmente; tenía un trabajo fijo en la Tesorería en las mañanas y en la noche se iba a tocar en fiestas o bailes, no me llevaba con él porque yo estaba muy chico, pero mis hermanos y yo lo veíamos por la tele y era maravilloso", dice.

Su padre, fotógrafo, dibujante e instrumentista, fue su principal influencia. "Entrar a su estudio era jugar, nos daba instrumentos, nos ponía a cantar. Lo que era un juego después se convirtió en una profesión para dos de mis hermanos y yo, y ahora para los sobrinos (el pianista Daniel López Infanzón y los integrantes de la banda de rock Contenido neto). Quizá la formación académica no la empecé muy chico, pero la de músico la tuve desde que nací, literalmente".

Tras cuatro décadas de creación, permanece en él la inquietud de búsqueda. "Explorar nuevos recursos, nueva música, retarme a componer nuevas cosas. Estoy aprendiendo el aquí y ahora; lo que se me ocurre, lo saco en este momento. Después de 40 años, ¿qué me toca hacer?, pues disfrutar", concluye.

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