El pasado 30 de abril se celebró el Día Internacional de Jazz, un género cuyo origen se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX en Nueva Orleans, Estados Unidos, la cuna del género sincopado.
El origen del jazz no puede entenderse sin mencionar a la raza negra de Estados Unidos. Se trata de una mezcla entre ritmos occidentales y afroamericanos.
Así lo describe el periodista e investigador alemán Joachim-Ernst Berendt en su libro El Jazz. De Nueva Orleans al Jazz Rock: "el jazz es una forma de arte musical que surgió a partir de la confrontación de los negros con la música europea. La instrumentación, melodía y armonía del jazz se derivan principalmente de la tradición musical de Occidente. El ritmo, el fraseo, la producción de sonido y los elementos de armonía del blues se derivan de la música africana y del concepto musical de los afroamericanos".
Para Berendt, el jazz es un género del que se ha nutrido toda la música popular contemporánea, desde el rock hasta el pop, "porque toda la música que escuchamos en las series de televisión, en los elevadores de las grandes urbes, en los recibidores de los hoteles, en las películas y en la música que bailamos, desde el charleston hasta el rock, el funk y el disco, se originan del jazz".
Sin embargo, el jazz, como todas las manifestaciones artísticas del ser humano, posee sus propias piedras angulares. De acuerdo con Edmeé García, escritora, traductora y locutora en Horizonte 107.9 F.M., los cinco grandes inmortales del jazz son Charlie Parker (1920-1955), Miles Davis (1926-1991), Thelonious Monk (1917-1982), John Coltrane (1926-1967) y Charles Mingus (1922-1979).
Aunque Berendt aseguró que "el jazz ha sido siempre asunto de una minoría", el Distrito Federal cuenta hoy con una oferta decente de lugares donde escuchar jazz. Sin embargo, aunque el alma de este género sea la improvisación, nunca está de sobra recordar a los clásicos y deleitarse con ellos. ¡Disfrútalos!...
Nacido en Kansas el 20 de agosto de 1929, "Bird" - como lo apodaban - siempre supo que su pasión más grande era el saxofón. La locutora Edmeé García asegura que Charlie Parker fue uno de los artistas más influyentes del jazz.
En diciembre de 1939, recuerda la especialista, Parker trabajaba como lavaplatos en un lugar donde solía tocar Art Tatum, y fue ahí donde decidió probar suerte en las sesiones de improvisación que ofrecía Nueva York.
En esos tiempos, el saxofonista estaba aburrido con los cambios armónicos y clichés que se utilizaban para improvisar, pero a pesar de escuchar lo que quería hacer, en su mente no lograba ejecutarlo. Sin embargo, una de tantas noches se encontraba trabajando sobre una pieza llamada "Cherokee", cuando finalmente encontró que "si utilizaba los intervalos más agudos del acorde como línea melódica y los acompañaba con los cambios armónicos apropiados podía tocar la cosa que había estado escuchando".
Ese suceso fue un parteaguas en la historia del jazz, pues con ello Parker logró contribuir a la creación del bebop, cuya aparición marcó el surgimiento de lo que los estudiosos del jazz denominan jazz moderno.
Edmeé García refiere que "Miles fue uno de esos jóvenes músicos que llegó a Nueva York buscando a Dizzy Gillespie y a Charlie Parker, aún en contra de su madre, quien deseaba que se consiguiera un trabajo en la oficina de correos".
Miles Davis siempre fue vanguardia cuando se independizó de sus mentores. El músico nacido Alton, Illinois, formó parte de, al menos, "cinco revoluciones musicales que transformaron al jazz y la música para siempre", señala García.
"Ya fuera cool jazz, modal o jazz fusión, todo pasó por sus manos y su trompeta, pero sobretodo por su imaginación. Por estas razones fue apodado el Picasso del jazz y fue él quien alguna vez dijo: 'mira hacia delante, nunca mires hacia atrás'". Miles Davis fue todo un revolucionario del jazz, no hay duda.
"Thelonious Monk era un tipo raro, o más bien excepcional: cuando todos estaban embelesados tocando solos de bebop cargados de notas a velocidades vertiginosas, Monk estaba jugando con el tiempo y el espacio en sus composiciones", afirma Edmeé García.
John Coltrane solía llamar a Monk "un arquitecto musical del más alto orden" por su gran habilidad por jugar con los colores y texturas de sus piezas.
El pianista nacido en Rocky Mount, Carolina del Norte, "tuvo una vida azarosa, problemas con la policía y sufrió de la discriminación racial; alguna vez se incendió su casa y hasta terminó en un sanatorio", indica García, quien también asegura que eso le sucedió a muchos revolucionarios de su época como Charlie Parker.
"Yo digo tócalo a tu manera. No toques lo que el público quiere. Toca lo que tú quieres y deja que el público cache lo que estás haciendo, aún si les toma quince o veinte años", solía decir Thelonious Monk.
"Cuando Miles Davis grabó el Kind of Blue, muchos se sorprendieron de que agregara su alineación al entonces desconocido John Coltrane en el saxofón tenor", recuerda Edmeé García.
Miles y Coltrane eran músicos con estilos completamente diferentes. El primero era escueto y el segundo abundante en sus desarrollos. Sin embargo, apunta García, "ambos resultaban un buen punto de contraste para el otro", por lo cual "el saxofonista se fue haciendo de una reputación propia".
"Finalmente, Coltrane abandonó a Miles y empezó proyectos como líder. Progresivamente transformó la manera en la cual se abordaba, el saxofón como instrumento, la improvisación y la forma de hacer música", afirma la escritora.
"Cuando empiezas a ver las posibilidades de la música, deseas hacer algo realmente bueno por las personas; ayudar a la humanidad a liberarse de sus complejos… quiero hablarle a sus almas", dijo Coltrane en alguna ocasión.
La escritora y locutora de Horizonte 107.9 F.M. Edmeé García comenta que "Charles Mingus era un hombre apasionado, tanto en su vida personal como en la música". Asimismo, señala que el contrabajista de raíces afroamericanas tenía fama de poseer "un temperamento iracundo" que hoy muchos recuerdan con varias anécdotas.
"Mingus tuvo muchísimos de altercados, discusiones y controversias con varias personas del medio. Por ejemplo, el que tuvo con Juan Tizol – trombonista de la banda de Duke Ellington – y le provocó su despido de la banda de El Duque. O cuando amenazó con partirle el trasero a Charlie Parker si no le pagaba", refiere.
No hay duda de que Mingus fue un clásico, ya que "su música, como su vida, está llena de agallas".
"Soy Charles Mingus. Soy mulato, soy de piel amarilla, medio amarilla, apenas amarilla, no soy lo bastante blanco para dejar de pasar por negro ni lo bastante claro para que me llamen blanco. Yo me declaro negro. Soy Charles Mingus: para mí, no tengo color... Charles Mingus es un músico, un músico mestizo que toca con belleza, que toca con fealdad, que toca con amor, que toca masculinamente, que toca femeninamente, que toca música, que toca todos los sonidos, fuertes, suaves, sonidos que no se oyen, sonidos, sonidos, sonidos...", escribió el propio músico su libro autobiográfico Menos que un perro.
Sus últimos días los pasó en Cuernavaca, víctima de una esclerosis lateral amiotrófica que lo terminó destruyendo el 5 de enero de 1979.