CANCÚN.- A la preocupación por la "invasión" del pez león en la zona del Caribe, especie no nativa del Atlántico y catalogada como "el peor desastre ambiental" para la zona, se suma ahora la del pez diablo, conocido como "limpia peceras" o "limpia vidrios", especie invasora detectada en el cauce del Río Hondo, en Quintana Roo.
Hasta ahora se tenía conocimiento de la especie en zonas pantanosas de Tabasco, en Chiapas y Belice, pero no había llegado al estado de Quintana Roo, por lo que es prioritario establecer una red de información que permita hacer del conocimiento la presencia de la especie, para que haya una suma de esfuerzos para su extracción.
La situación preocupa, debido a que el río tiene conexión con la Laguna de Bacalar, uno de los cuerpos de agua más importante de la entidad, no solo por su belleza natural, sino que integra una de las formas de vida más antiguas del mundo, los estromatolitos, que se extienden a lo largo de siete kilómetros, la más grande de los cuatro lugares del mundo donde hay registro: Cuatro Ciénegas, Coahuila, Canadá y Australia.
Juan Jacobo Smitter-Soto, encargado del departamento de Ecología y Sistemática Acuáticas del Colegio de la Frontera Sur, comentó que el pez diablo, nativo de Sudamérica, se estableció en ríos y lagos de México a raíz de algunos especímenes que introdujeron aficionados a los acuarios y luego fueron liberados.
Como sucede con otras especies invasoras, al no ser de la región, no tiene un predador natural, por lo que la especie se ha convertido en una plaga incrementando su número y diezmando severamente la población de especies endémicas.
El pez diablo se alimenta de los huevos y crías de otros peces, además de que el animal llega a medir hasta medio metro y vivir hasta 15 años. Por su composición, pues en lugar de escamas como otros peces tiene una serie de placas cartilaginosas y espinas, es de difícil captura.
En entrevista con EL FINANCIERO, el Ictiólogo y también doctor en Biología de Sistemas y Recursos Acuático de la UNAM, explicó que si el pez llegara a la Laguna de Bacalar, "estaríamos hablando de palabras mayores".
Hasta ahora, el pez diablo no ha llegado a un sitio con estromatolitos, como los que hay en Bacalar, "a la mejor no les hace nada, pero si les hace... sería una tragedia", agregó.
Los estromatolitos son estructuras estratificadas de formas diversas, que nacen de la captura y fijación de partículas carbonatadas por parte de cianobacterias en aguas someras que, en la fotosíntesis, liberan oxígeno y retiran de la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono para formar carbonatos que, al precipitar, dan lugar a su formación.
"Yo me imagino que el pez hará la lucha por anidar, y en el proceso de hacer la lucha puede rasurar los microbialitos, la parte viva de la estructura del estromatolito en la superficie. Si los empieza a rasurar, los va a matar, va a acabar con la estructura. A lo mejor no ocurre, pero el riesgo es muy grande. No queremos ver si ocurre, queremos tratar de evitar que entre en contacto con los estromatolitos".
Ya tengo comunicación con el ayuntamiento de Bacalar para tratar de sensibilizarlos al respecto, porque en la Comisión de Cuenca del Río Hondo solamente está el municipio de Othón P. Blanco, no está Bacalar, a pesar de que todo su sistema de lagunas se comunica con el Río Hondo, comentó.
Finalmente, dijo que la idea es establecer una alerta temprana, capacitar a personal para buscar y extraer el animal, primero en la zona donde fue detectado y después si se expande su presencia, extraerlo y mantenerlo controlado para proteger el área.