Según las leyendas, siempre encantadoras e imprecisas, estas pinturas están relacionadas con hechos que nadie ha podido explicar, ni siquiera a través de la ciencia.
Para muchas personas, los espíritus pueden estar presentes en todas partes, desde habitar en casas, poseer a personas, hasta encontrarse en objetos (por lo menos eso se cree). Esto sucede con cuadros y/o pinturas que son consideras "malditas", las cuales, a decir verdad, tienen un toque de misterio y dolor, pues están rodeadas de hechos que nadie, ni siquiera los autores de los mismos, han podido explicar.
Aquí te ofrecemos un recuento en el que se puede observar cómo es que estas obras atrapan con su maldición a quienes las poseen o se atreven si quiera a mirarlas. Tú decides cuál creer.
Hay muy poca información acerca de esta pintura. Se encuentra en el Hotel Driskill, en Austin. Los visitantes dicen que se sienten enfermos o mareados mientras la miran; es como una sensación de estar flotando.
Es de Diego Velázquez, el gran pintor del Siglo de Oro Español. Ningún museo ni hotel quieren quedarse con esta obra porque todos sus dueños anteriores han enfermado repentinamente o han sido asesinados. Se cuenta que el trabajador de un museo intentó romper el cuadro con una navaja, pero la pintura no se destruyó.
Es un retrato de Madame Delphine LaLaurie, una socialité nacida en Luisiana que torturó y mató a cientos de afroamericanos en el siglo XIX. La pintura fue comprada por un hombre en España que dijo haberse dado cuenta de que quien la miraba quedaba hipnotizado, además de que una dama vestida de gris se aparece cerca de la pintura, que sería el espíritu de LaLaurie. El autor es Ricardo Pustani y fue hecha en 1997.
Si las ves directamente a los ojos pareciera que te está vigilando. Para tomar una foto de este cuadro, que está en el Hotel Gálvez, en Texas, debes pedir permiso al mismo, pues si no lo haces la imagen no se verá. Un espíritu parece estar rondando a la pintura. Sí, definitivamente es la leyenda más ilógica de todas.
Antes de quitarse la vida, una joven coreada dibujó esta imagen, la retocó digitalmente y la publicó en línea. La leyenda cuenta que nadie puede verla más de cinco minutos a los ojos pues quien lo hace ve en sus ojos y labios un par de anillos que provocan que la gente se suicide.