Una característica de los murales de José Clemente Orozco (1883-1949) es que no le gustaba mostrar los rostros de los campesinos, obreros, trabajadores. Más bien prefería mantener su anonimato.
En cambio, mostraba los rostros de aquellos que explotaban a los oprimidos, quizás en un asunto de querer representar la opulencia y decadencia de la época.
Aquí algunas imágenes de los murales de este gran muralista mexicano en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Este mural es una representación de la muerte que espera el mismo hombre y que cava su propia tumba.
La madre despide a su hijo que se va a combatir durante la revolución
Hombres y mujeres descansan; las personas muestran su afecto a los diversos miembros del núcleo familiar.
Hombres caídos durante la batalla, el reflejo de la cruenta batalla durante la revolución.
Una de las escenas más comunes en ese tiempo y en el actual. Mujeres mostrando su opulencia en todo sentido.
Los devotos dan su diezmo que se destina a otras obras.
Coronas, ropa, comida; todo coincide en una sola imagen de la descomposición.
Aquí se representa el lado oscuro y truculento de la religión.
En su momento fue censurado por considerar que Orozco había pintado una virgen; sin embargo, representa una madre y la concepción.
Una de las escenas más comunes; los ricos disfrutando su merienda, mientras los trabajadores eran azotados.