Hace tiempo que el público de teatro dejó de ser pasivo, ahora hasta puede darse el lujo de definir el sendero de una historia. Bajo esta premisa Juan Carlos Vives creó la obra Asalto al Banco, una farsa cómica que escribió para conmemorar los siete años de su compañía Búho Grande Teatro.
A partir del último día de junio, todos los martes se presentará la pieza teatral en el Centro Helénico hasta el 6 de octubre. La obra, refiere el autor y director, está dirigida a adolescentes y adultos.
"La pueden disfrutar jóvenes de 15 a 95 años, dada la problemática de la obra va a llegar un momento donde los personajes se topan con una disyuntiva y en vez de que los personajes decidan, el público lo va a hacer", explica Vives.
Son 36 los personajes que darán vida los actores Luis Arturo García, Mireya González, Marco Guagnelli, Adrián Ladrón, Tania María Muñoz y Patricia Yáñez. En esta obra de teatro optativo, los histriones utilizarán media máscara para dar vida a los personajes que decida elegir la audiencia.
La premisa puede ser tan sencilla o compleja como la vea cada espectador. Las disyuntivas que enfrenta un asaltante de un banco, ¿en quién confiar, con quién asociarse, qué arma elegir, qué hacer con el botín?, estas cuestiones llevarán la trama de acuerdo a lo que elija el público.
Con más de 75 puestas en escena, Juan Carlos Vives presenta la segunda obra de teatro optativo de una trilogía que inició el año pasado con la pieza ¿Siguiente Paciente?, Asalto al Banco es la segunda y de la tercera sólo tiene el nombre: Perfume de contratipo.
Apostar a la inteligencia del espectador, salir de lo convencional, es la apuesta de su compañía Búho Grande Teatro. "Es una opción diferente, el tema es atractivo, nos podemos reír de nuestra condición, de que nuestros gobernantes decidan sobre nuestra propia vida. Es mejor regir nuestro propio destino, asumir las consecuencias, que pueden ser graves", manifestó el dramaturgo.
Ganador del premio Nacional de Dramaturgia Joven en 2002 por la obra Un pañuelo el mundo es, Juan Carlos Vives apostó por un género difícil, la farsa cómica, para que los espectadores puedan reflexionar sobre su propia existencia.
"Las farsas no sólo sirven para reír sino para reflexionar y en ese sentido Asalto al Banco es una provocación para asumir las consecuencias de las decisiones de todos nosotros y eso está radicalizado en la propuesta. La risa es un motor importantísimo para que la gente medite sobre su propia condición y lo planteo en un mundo en el que casi pensar está prohibido".
Buscar un teatro diferente, es lo que busca con su compañía: "como todos los grupos que se respeten buscamos ser una voz más en la cartelera para contribuir en esto que se empeñan tanto las autoridades en erradicar que se llama cultura". Más allá de recortes de dinero y la corta visión de los funcionarios, Vives concluye "olvidan que las personas mueren pero la cultura prevalece".