Algarabía

Generación X vs. millennials. ¿Qué las hace diferentes?

Percepciones, actitudes, hábitos… Son muchas las características que distinguen a cada generación.

A medida que las generaciones avanzan, sus características, intereses y prioridades se van transformando. (Shutterstock)

Al tratarse de un fenómeno social —conformado por millones de individuos—, cada generación cambia de acuerdo a cómo se transforman sus aspiraciones y circunstancias —debido a modas, situación económica, etcétera—, las cuales a su vez transforman sus prácticas sociales que van definiendo sus prioridades e incluso parte de su criterio y personalidad.

La «Generación X»

Según Strauss & Howe, la generación 13, comúnmente llamada «Generación X», está conformada por quienes nacieron entre 1961 y 1981. En México estas fechas no son del todo precisas, pues las circunstancias que establecen cambios entre generaciones —tecnología, economía, política, etcétera—, dependen de cómo éstos van permeando en cada población, y dadas las prácticas y costumbres —tan diversas en todo el país— estas transformaciones no se desarrollan al mismo ritmo en todos lados., tiempo durante el cual 
ocurrió la llamada Guerra Fría —entre los grandes bloques políticoeconómicos— y cuyo fin dio pauta a la globalización y a la implementación de la tecnología digital.

Esta generación vivió las primeras transformaciones
 al «modelo tradicional» de las familias —control natal, divorcios y hogares encabezados por madres solteras— , así como la lucha de los derechos civiles de los grupos vulnerados y el principio de la equidad de género.

«Los X» crecieron en la resaca de los movimientos activistas de 1968, la alienación de sus padres al sistema, la renuncia de los idealistas y un reordenamiento del mundo.

Son muchas las características que distinguen a esta generación, pero si algo los define, es que son muy cuidadosos al elegir pareja —por el surgimiento del
 VIH—; fueron los primeros en autoemplearse gracias a sus habilidades —crearon el concepto de freelance— y en ser emprendedores de negocios que basan su capital no en productos sino en ideas.

También se supieron adaptar de forma exitosa al fugaz cambio que hubo entre lo análogo y lo digital —sólo en los últimos 20 años la ciencia y la tecnología evolucionaron a una velocidad como jamás se había visto en la historia—: tienen la ventaja de que todo lo aprendieron de «forma manual» y saben cómo encontrar soluciones prácticas cuando los recursos disponibles son insuficientes o simplemente «se va la luz».

Los millenial

También conocidos como «Generación Y», nacieron entre 1982 y 1992. Algunos estudios los ubican a partir de 1985, pues en México el terremoto de ese año –sumado a las severas crisis durante el sexenio de Miguel de la Madrid– marcaron cambios radicales en las costumbres –y en la economía– de todo el país, y tuvieron la suerte de nacer en un entorno donde se le dio prioridad al cuidado infantil y de crecer a la par del auge y del bombardeo mediático digital —Internet, gadgets y redes sociales—, por lo que sus aspiraciones están más enfocadas en la fama —reconocimiento personal— y en las experiencias —viajar mucho, aprender más idiomas u otras profesiones—,
 por encima de las posesiones o los proyectos a largo plazo.

Actualmente, casi 2 mil millones pertenecen a esta generación y se perfila como la que definirá las principales prácticas de consumo hasta el 2020.

Despertar, revelación, plenitud…

Un giro histórico es una era con un «estado de ánimo» social distintivo —hábitos, creencias y comportamientos—, un cambio en la forma en que la gente percibe al mundo y estos cambios suceden, por lo regular, cada 20 años. Como las estaciones y las constelaciones, los giros históricos completan cuatro fases para formar un «ciclo», que se compone de: crisis, plenitud, despertar y revelación.

Las generaciones, de acuerdo a sus percepciones y actitudes, se dividen a su vez en: nómadas, héroes, artistas y profetas.

Cada nueva generación trae consigo inquietudes individuales y sociales en común, debido al entorno en el que se desarrollan y aunque las posturas cambian, en muchos casos los procesos que atienden son consecutivos de los anteriores.

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