Carmen García Bermejo
Con un homenaje a José Alfredo Jiménez, en su 40 aniversario luctuoso, pero al compás del flamenco fusionado con el Mariachi de la Secretaría de la Defensa Nacional, anoche culminó el 41 Festival Internacional Cervantino en la Alhóndiga de Granaditas. En esta presuntuosa propuesta musical, se le imprimió el sentimiento del canto jondo a las desgarradoras letras del cantautor mexicano.
Mientras en Dolores Hidalgo, Guanajuato, también alistan el festejo luctuoso a José Alfredo Jiménez en el que participarán Alberto Ángel "El Cuervo", Humberto Cravioto, Valente Pastor y Armando Manzanero, los organizadores del Cervantino (FIC), dirigido por el escritor Jorge Volpi, le pagaron al productor de Sevilla, España, Alberto Bandrés para que se encargara de la conmemoración a José Alfredo, al estilo gitano, como si en México no hubiera artistas para esto.
Incluso, el sábado por la noche, la cantante del Congo, Zap Mama, deslumbró con sus ritmos tradicionales africanos fusionados con el hip-hop, el Urban, el Nu-Soul y el jazz a los cientos de espectadores que asistieron a la Alhóndiga de Granaditas, convirtiendo ese espacio en una gran fiesta cervantina. Era más factible que el FIC hubiera concluido sus actividades con esta artista, que con un homenaje aflamencado a José Alfredo.
Nunca se puso en duda la calidad artística de los cantaores Joana Jiménez y José Valencia (María Toledo también estaba programada, pero, sin ninguna explicación, abandonó el escenario antes de empezar la función) para esta clausura. Pero los mismos artistas aceptaron que era todo un reto. Además, el FIC decidió que el Mariachi de la Secretaría de la Defensa Nacional acompañara a los cantaores.
La presencia de los militares se hizo presente no sólo en la clausura, sino en el FIC, ya que también la Orquesta Sinfónica y Coro de la Sedena se presentó el pasado jueves 17 en el Auditorio de la Universidad, con el pretexto de celebrar los 100 años de las fuerzas armadas. Es la primera vez que esto ocurre en el Cervantino. Así, los militares no sólo patrullan las calles y callejones de Guanajuato, también se han subido a los escenarios.
Pierde impacto
El FIC no tiene el brillo de otros años. Se siente un desánimo en la ciudad, los guanajuatenses creen que se debe al cambio de sexenio. Pero lo que sí confirman es la notoria inexperiencia de Jorge Volpi, quien llegaba tarde a los actos "por el tráfico de la ciudad", como le ocurrió en la presentación del libro del chelista Carlos Prieto.
Este tercer fin de semana, los jóvenes volvieron a inundar las calles. Los menos asisten a los teatros y los más se divierten con los mimos callejeros, retacan las discotecas y los bares o compran sus bebidas para tomar en las plazas. De lo que no pueden salvarse es del abuso de la policía municipal y estatal, quienes rondan las calles en grupos de cinco y "levantan" a los chavos que andan tomando en la calle o arman peleas. Ya en los separos de la policía, las multas para dejarlos libres oscilan entre los 250 y 700 pesos, depende de la falta. El contrasentido radica en que el alcalde, Luis Gutiérrez Márquez, amplió los horarios de venta de alcohol en esta temporada, pero detienen a quienes ingieren bebidas embriagantes.
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