Hace un par de semanas hablamos un poco sobre tres pianistas fundamentales en la historia el jazz de la primera mitad del siglo XX. Una lista con grandes pendientes que iremos abordando de distintas maneras.
En este sentido, es que ahora dedicamos esta entrega a lo que México tiene que aportar al escenario pianístico contemporáneo. Me limito aquí a hablar de músicos vivos, capítulo aparte -no sólo por haber partido sino por lo que han significado para la historia del jazz nacional- merecen figuras como Juan José Calatayud, Eugenio Toussaint o Enrique Nery.
Con ustedes cinco grandes, por orden alfabético:
ABRAHAM BARRERA
Sus composiciones abrevan de y dialogan entre la tradición académica de la música de concierto contemporánea y el jazz de vanguardia, con tintes del folcor musical mexicano, como lo muestra la Suite para Carlos Fuentes, salpicada de guiños nacionalistas en la armonía y las composiciones de sus tres discos como líder:
Leyendo sueños (2010) , con el cuarteto B4, integrado por sus hermanos; Ocaso (2013), a trío con Aarón Cruz en el bajo y Antonio Sánchez en la batería, y Lara por Abraham Barrera, en el que deconstruye tonalmente piezas clásicas del Flaco de oro, dotándolas de un sentido totalmente nuevo.
ALEX MERCADO
Posee un estilo de composición que se distingue por la fusión de elementos de la tradición clásica del jazz y un lirismo melódico que proviene de su formación y gusto por la música clásica del periodo romántico. La carrera de este egresado de Berklee en los escenarios jazzísticos ha sido corta pero meteórica, en cuatro años ha cobrado un peso creciente no sólo en el reconocimiento de la crítica como una primera figura del jazz mexicano, sino como intérprete y autor. Dada la brevedad de su trayectoria en este ámbito, ha publicado únicamente dos discos: The Watcher, con el bajista Aarón Cruz y el baterista Gabriel Puentes, y Symbiosis, en el que participan, también a trío, las estrellas mundiales Scott Colley, en el bajo, y el mexicano Antonio Sánchez, en la batería.
DANIEL LÓPEZ INFANZÓN
El talento le viene de familia. Sobrino del enorme Héctor Infanzón, es un pianista versátil y naturalmente un gran intérprete y compositor de jazz latino. Su estilo es potente y espontáneo. Con su quinteto, integrado por Jako González, en los saxofones, flauta y ewi; Aleph Castañeda, en el contrabajo; Ismael Barrientos, en el bajo eléctrico; Paco Godoy, en la batería y Leo Muñoz Corona, en las percusiones, ha grabado el disco 8 momentos, 8 fotografías.
HÉCTOR INFANZÓN
El monstruo del ritmo, de la fiesta latina, del saber imponerse como director, base rítmica y melódica ante una orquesta potente.
Internacionalmente reconocido, Héctor Infanzón es sin duda el gran pianista mexicano vivo. Con una trayectoria de más de tres décadas, posee diversos proyectos como líder, entre ellos la Citadino Big Band. Ha grabado cinco discos como líder de ensambles de jazz, pero también posee obra de envergadura en el terreno de la música de concierto.
Tiene cinco discos propios: De manera personal (In a personal mood) (1993), Nos Toca (2000), Impulsos (2004), de improvisación, Citadino (2007) y El devenir de la noche (2012), de música de cámara.
MARK AANDERUD
Si algo lo distingue es su melodiosidad . Sus composiciones, de estilo inconfundible, son ligeras, fluyen frescas. Ahora radica en Barcelona, pero ha residido en la República Checa, donde fue director de la carrera de piano del Conservatorio de Praga. Se desarrolló antes en México y viajando con frecuencia a Nueva York, es un artista que conoce distintas escenas y que en el país se ha situado entre los músicos más detonantes de la escena capitalina, en mancuerna con proyectos como Mole, junto al baterista argentino Hernán Hecht, entre otros ensambles.
Ha grabado en una veintena de CDs, pero como solista publicó en 2005 Introducing Mark Aanderud, su disco debut. Su más reciente proyecto, Animatic Theatre, es multimedia.
El Gig de la semana
No se pierdan mañana viernes 18 de octubre a Elizabeth Shepherd en el Zinco Jazz Club (Motolinía 20, Centro), cantante y pianista montrealesa que visita el país por tercera ocasión. Su estilo particular encuentra influencias que van desde Stevie Wonder hasta Herbie Hancock e incluso, las sonatas clásicas. Viene presentando música de su más reciente álbum, The Signal, acompañada por Scott Kemp (bajo), Colin Kingsmore (batería), Thom Gill (guitarra) y Marc Osterer (trompeta). Este material cuenta con la relevante participación del guitarrista Lionel Loueke, uno de los guitarristas más célebres de su generación.