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‘Ni los famosos se salvan’: Los robos más polémicos en Los Ángeles

Dos supuestos ladrones robaron millonesde dólares en relojes, bolsos y artículos de lujo de celebridades, ricos e incluso amigos.

Ackerman apuntó a casas que estaban a la venta y se hizo pasar por comprador o corredor de bienes raíces
Los Ángeles. Ackerman apuntó a casas que estaban a la venta y se hizo pasar por comprador o corredor de bienes raíces

Benjamin Ackerman abrió la puerta en pijama. Eran las 7 am del 20 de septiembre de 2018. Seis detectives y seis agentes aguardaban afuera del edificio donde vivía en el vecindario Carthay de Los Ángeles (EU). Su departamento de dos habitaciones, aunque modesto, estaba equipado con un sistema de vigilancia interior y exterior de 15 cámaras. Las autoridades tenían el apoyo de un equipo táctico del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) y un helicóptero sobrevolaba el lugar.

Dentro del departamento, el motivo de tantas cámaras era evidente: carísimas obras de arte colgaban en las paredes cerca de la entrada; en el suelo había bolsos, algunos de hasta 100 mil dólares, y ropa de diseñador clasificados por marca, Balenciaga, Chanel, Fendi, Givenchy, Hermès, Louis Vuitton. Mientras registraban la vivienda, los detectives encontraron carteras Goyard; relojes Cartier, Patek Philippe y Rolex; broches para el cabello Gucci con incrustaciones de diamantes; cientos de costosas botellas de vino; y más obras de arte. También encontraron los papeles de un depósito de almacenamiento.

En total, los detectives descubrieron alrededor de 2 mil 500 artículos, todos sustraídos en una serie de robos que afectaron las zonas más ricas de Los Ángeles y que fueron planeados, dicen las autoridades, por Ackerman y un cómplice, un agente inmobiliario llamado Jason Yaselli (arrestado en agosto de 2019). La operación policial desembocó en una de las recuperaciones más grandes de artículos robados en un solo arresto en la historia de la policía angelina, y puso fin a una de las juergas delictivas más desconcertantes de la ciudad.

Según las autoridades, el modus operandi era buscar viviendas que habían salido recientemente al mercado. Los listados de bienes raíces publicados en internet, así como las visitas de reconocimiento en persona en jornadas de puertas abiertas (donde supuestamente Ackerman fingía ser un agente inmobiliario), ayudaban a determinar qué propiedades prometían la mayor cantidad de artículos de lujo. A veces, los robos eran tan simples como entrar por la puerta principal y salir por el patio. Otras veces implicaban regresar al domicilio por la noche y desactivar las alarmas y las cámaras de seguridad. Se dice que el dúo robó a ricos y famosos, a los simplemente ricos e incluso a viejos amigos de sus años mozos en los barrios de clase media de Beverly Hills y cercanías. No está claro cómo se conocieron, pero Ackerman y Yaselli, de 35 y 36 años, respectivamente, pasaron sus vidas rodeados y hambrientos de los símbolos de la riqueza extrema.

Los robos fueron sigilosos, calculados y desconcertantes para las víctimas. A menudo, no había señales de allanamiento, solo el hallazgo días, semanas o incluso meses después de que los objetos de valor habían desaparecido. “Por lo general, los maleantes entran por la fuerza, rompen y simplemente esculcan”, dice el detective de LAPD, Jared Timmons, quien supervisa el caso. Estos robos, en cambio, fueron “muy quirúrgicos”.

Ese procedimiento permitió el robo, en una sola casa de Beverly Hills, de más de 150 artículos de lujo por un valor de alrededor de 2.5 millones de dólares (mdd), según las autoridades. Quienes trabajan para el fiscal de distrito George Gascón aseguran que al menos 5.5 mdd en objetos fueron robados de 13 casas entre diciembre de 2016 y julio de 2018. El monto total podría ser mucho más alto dado que se cree que el dúo operaba desde varios años antes.


Ambos se han declarado inocentes de 14 cargos de robo, 32 cargos de lavado de dinero y un cargo de conspiración para cometer lavado de dinero. La pareja está acusada de vender los artículos robados a casas de empeño y tiendas de artículos de lujo de segunda mano; Ackerman presuntamente depositaba las ganancias y las transfería a Yaselli, quien se encargaba de pagar las tarjetas de crédito a su nombre pero usadas por Ackerman. A cambio, Yaselli obtenía millas de viajero frecuente de American Airlines y puntos de recompensa de American Express.

El juicio está programado para comenzar el 25 de agosto. En una audiencia preliminar esta primavera, el abogado de Ackerman, Gary Jay Kaufman, dijo que las autoridades “pintan al Sr. Ackerman como un James Bond del robo”, y que los delitos de los que se le acusa “ni siquiera son comprensibles”. El abogado de Yaselli, Victor Sherman, reconoció que su cliente permitió que Ackerman usara sus tarjetas de crédito, pero sostuvo que Yaselli no estuvo presente en ninguno de los robos: “No hay una sola pizca de evidencia en este caso de que el Sr. Yaselli tuviera algo que ver con elegir qué casa sería robada en qué día o cómo se iba a hacer”. Los fiscales no negaron que Yaselli no estuvo físicamente presente en los robos, pero dijeron que se benefició del plan y presionó a Ackerman para que continuara. “El Sr. Yaselli es moral y legalmente tan responsable de estos robos como la persona que los lleva a cabo, tal como lo sería un conductor que facilita la fuga en un coche”, dijo el fiscal de distrito adjunto Jeffrey Stodel. Los argumentos de la defensa no convencieron al juez, quien dictaminó que el caso podía continuar. Mientras tanto, Sherman y Kaufman están apelando los cargos de lavado de dinero.

Estos son algunos de los robos más destacados que se les imputan, junto con lo que fue robado.

Víctima: Linnea Stalberg

Fecha del robo: 4 de diciembre de 2016

Lugar: Laurel Canyon

2016Según documentos judiciales, Ackerman texteó a Yaselli “Tengo el domingo preparado para 5 mil mínimo”. Acababa de salir de una open house, la primera de dos, de una casa en venta por 1.7 mdd. Las fotos que publicitaban el inmue-ble en internet mostraban dos enormes clósets repletos de ropa, zapatos y bolsos.Stalberg es una ejecutiva de marketing que coleccionaba joyas caras y bolsos de Chanel,

Givenchy y Louis Vuitton. Antes de la segunda jornada de puertas abiertas, Stalberg guardó sus joyas en una caja fuerte y escon-dió sus bolsos en un estante alto del clóset. Ackerman apareció con un plan: “Chanel. Salida fácil por el patio”, texteó a Yaselli. Esa noche, Stalberg sacó una escalera para recuperar sus bolsas. Faltaban varias. Se recuperaron cuatro bolsos Chanel, cada uno con un valor de 20 mil a 50 mil dólares.

Víctima: Rabina Karen Fox y su esposo Michael Rosen

Fecha del robo: 7 de julio a 14 de agosto de 2017

Lugar: Carthay

En julio de 2017, Fox y Rosen volaron a la ciudad de Nueva York para conocer a su nieta. Acordaron que Ackerman recogería el correo y lo dejaría en el patio trasero. Fox fue rabina en la famosa sinagoga Wilshire Boulevard Temple. Durante la Segunda Guerra Mundial, su abuela vendió piezas de un valioso collar de oro para sobrevivir y escapar de Alemania a Estados Unidos. Fox guardó lo que quedaba del collar con otras joyas heredadas en una caja fuerte en el dormitorio principal.

El 16 de julio, Ackerman le mensajeó a Yaselli: “¿Recuerdas a las personas de mi barrio a las que les cuido el correo? Dejaron su caja fuerte abierta [4 emojis sonrientes]”. Y agregó: “Estoy adentro, revisando”. Habiendo asistido a las cenas de sabbat y pesaj en la casa de la rabina, Ackerman estaba familiarizado con la vivienda. Y como conocía los planes de viaje de Fox y Rosen, podía tomarse su tiempo para examinar sus pertenencias. “Todavía estoy revisando joyas, estoy seguro de que aquí también hay dinero en efectivo”, texteó a Yaselli a las 9:53 p. m.

Un broche y un bajo propiedad del hijo de la pareja estaban entre los artículos recuperados, pero el collar no. En un emotivo testimonio judicial en marzo, Fox dijo que representaba “la historia de supervivencia de nuestra familia, una historia de supervivencia judía”, y que había planeado heredar el collar a sus hijos y nietos. Ella y Rosen habían vivido en esa casa durante 35 años; la vendieron después del robo porque ya no se sentían seguros dado que Ackerman todavía vive a unas cuadras de distancia.

Víctima: Adam Lambert

Fecha del robo: 30 de noviembre y 2 de diciembre de 2017

Lugar: Hollywood Hills

La casa de Lambert salió a la venta por casi 4 mdd mientras el cantante estaba de gira por Europa con la banda Queen. Se dice que uno de los artículos que Ackerman tomó de la pared de Lambert fue una foto del vocalista original de Queen, el difunto Freddie Mercury, que tenía la dedicatoria “Para Adam”. Cuando se recuperó, la foto de Mercury colgaba en el lavadero de Ackerman, aunque la inscripción había sido alterada. Ahora decía “Para Ben” sobre una capa de líquido corrector.

Víctima: Dorit y Paul Kemsley

Fecha del robo: 28 de junio de 2018

Lugar: Beverly Hills

Las autoridades dicen que Ackerman ingresó a la casa de los Kemsley mientras estaban fuera de la ciudad. Cuando la estrella de Real Housewives of Beverly Hills regresó, a ella y a su esposo les habían robado obras de arte, joyas, una costosa colección de vinos, bolsos y carteras, todo por valor de más de 2.5 mdd, la suma más grande de los golpes cometidos por Ackerman. Entre los más de 150 artículos que los detectives recuperaron había 43 carteras y bolsos, 30 pulseras, 25 collares, una tarjeta del Seguro Social, dos fotografías enmarcadas (una de Faye Dunaway y otra de Clint Eastwood) del fotógrafo Terry O’Neill, además de las fotos que se muestran aquí de Mick Jagger y David Bowie, también firmadas por O’Neill.


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