Los resultados en materia de crecimiento de la economía en México durante el primer trimestre del 2023 han resultado mejores a lo previsto. El estimado, de acuerdo con cifras dadas a conocer por el Inegi, es de una tasa de crecimiento promedio de 3.9 por ciento.
El dato quizás se modifique un poco, ya sea hacia arriba o hacia abajo en cuanto haya información más completa de los diferentes sectores de la economía, pero no tendrá un cambio sustantivo.
Era tradicional que en los últimos años el motor económico más importante para la economía mexicana fueran las exportaciones. El hecho de que la economía norteamericana haya salido de la pandemia con más fuerza que otras naciones desarrolladas benefició fuertemente a México y consolidó la posición de nuestro país como el principal socio comercial de los Estados Unidos y el segundo por el volumen de exportaciones que realiza a ese mercado, solo detrás de China.
Los datos que se han observado en los primeros meses del 2023 indican que, aunque se mantengan niveles absolutos elevados en las exportaciones, ya no tendremos los ritmos de crecimiento que observamos en años anteriores.
Entonces, ¿por qué el ritmo de la economía es superior a lo previsto? La respuesta se encuentra en la dinámica del mercado interno. También ha sorprendido el desempeño del llamado sector terciario de la economía, de acuerdo con los datos anticipados del Inegi.
El indicador oportuno de actividad económica permite estimar un crecimiento de 3.9 por ciento para este sector, que sobre todo tiene que ver con el comercio y los servicios que se desarrollan en México.
¿Por qué tiene este crecimiento del mercado interno de nuestro país? Hay diversos factores que deben ser puestos sobre la mesa. Los más importantes, a mi parecer, son los siguientes.
① El crecimiento del empleo formal.
De acuerdo con los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el ritmo de crecimiento de los trabajadores asegurados fue de 3.8 por ciento en el mes de marzo. Este indicador es quizás el más relevante para conocer el comportamiento del empleo formal. El hecho de que un trabajador tenga empleo con un contrato, no solamente le da acceso a prestaciones de las cuales carece en una situación de informalidad sino también, por ejemplo, puede acceder al crédito bancario que le permite ampliar su capacidad de compra. Por eso la relevancia de este indicador.
② El crecimiento del salario real.
De acuerdo con las mismas cifras del IMSS, el incremento del salario nominal en el mes de marzo fue de 11.2 por ciento. La inflación en el mismo periodo fue de 6.85 por ciento, esto significa que el salario real del sector formal creció en 4.1 por ciento a tasa anual, una cifra que no se veía desde hace muchos años. El resultado es que la llamada masa salarial real, es decir aquel indicador que integra el crecimiento del empleo con el crecimiento del salario real, haya aumentado en 8.0 por ciento al término del primer trimestre del 2023.
③ Las remesas.
En la medida que el mercado laboral norteamericano sigue muy activo, el empleo de los mexicanos en Estados Unidos sigue elevado. Esto significa que cuentan con los recursos para enviar volúmenes crecientes de dólares a sus parientes en México.
En los 12 meses previos al mes de febrero sumaron cerca de 60 mil millones de dólares la cifra más alta de la historia para una secuencia de 12 meses. En la medida que la expectativa es que este flujo continúe, las familias en México hacen uso de dichos fondos principalmente para aumentar el gasto corriente, lo que incentiva el consumo de las familias.
④ El crédito al consumo.
En paralelo al aumento del empleo formal y de la masa salarial real, se ha podido observar un incremento del crédito al consumo en términos reales en 9.6 por ciento hasta el mes de febrero. Trátese de créditos en nómina, de créditos en la tarjeta o bien de otras fórmulas de financiamiento, el contar con mayores flujos financieros también ha permitido a las familias ampliar su capacidad de compra, sobre todo en el sector formal de la economía.
⑤ La confianza del consumidor.
De acuerdo con las encuestas que realiza el Inegi, la confianza de los consumidores en México se ha ido recuperando poco a poco y en el mes de marzo estaba cerca de 1 punto por arriba del mismo mes de 2022. Mayor confianza de los consumidores permite a las personas hacer un mayor uso del crédito y eso ha conducido, por ejemplo, a un aumento muy sensible de la adquisición de bienes duraderos, como por ejemplo los automóviles.
Una gran interrogante que existe es si este conjunto de factores que explican el crecimiento del consumo en los primeros meses del 2023 se va a mantener lo largo del año y si es factible que con ello tengamos un ritmo de crecimiento superior a lo que estima hoy el consenso de los expertos que hoy se ubica en 1.7 por ciento.
Es probable que en la medida que se frene la economía de los Estados Unidos por efecto del alza de las tasas de interés, y que en México también haya algún impacto derivado del mayor costo del dinero, lo que veamos sea una moderación en el ritmo de crecimiento de los anteriores rubros. Esto es consistente con una ralentización del consumo, algo que seguramente vamos a ver en los próximos meses, aunque no lo suficiente como para cambiar el signo de su movimiento. Así que podemos esperar que el consumo privado siga siendo uno de los factores que sorprenden en el desempeño económico del 2023 aunque ya no tenga el dinamismo que adquirió en los primeros meses de este año.
Un factor adicional que debe tomarse en cuenta para anticipar el dinamismo económico del 2023 es el buen desempeño de la inversión productiva, sobre todo la compra de bienes de capital, especialmente los importados, que creció a una tasa anual de 16 por ciento en el mes de enero. Al ver estas tendencias se puede anticipar que en los próximos meses, el consenso respecto al crecimiento de la economía en México se va a mover hacia arriba y se acercará al 2 por ciento.
Aunque hay un debate acerca de si el nearshoring es algo real que ya se esté reflejando en la actividad económica, me parece que el desempeño de la inversión productiva, especialmente la compra de equipo y maquinaria, ofrece evidencias de que realmente está sucediendo. Por ello, el empuje de la inversión privada será también un elemento que contribuya al dinamismo global de la economía, que tendrá como plataforma el consumo, pero a la inversión como su principal dinamizador.
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